La
vesícula es un órgano, situado debajo del hígado, cuya función es almacenar la bilis que genera este para ayudar a la absorción de grasa. La bilis, en el momento de la
digestión de los alimentos, llega hasta el intestino delgado a través del conducto colédoco y el intestino delgado.
Es un órgano que puede generar algunos problemas de salud, aunque suelen tener un tratamiento efectivo. Muchas veces se pueden solucionar con la extracción de la vesícula, pues
no es un órgano imprescindible para el cuerpo.
Uno de los problemas más comunes es la creación de
cálculos biliares. Estos se forman al endurecerse el contenido del interior de la vesícula. De esta manera, se crean una especie de
piedras que suelen estas compuestas por colesterol, por ejemplo. Lo que hacen es obstruir los conductos biliares, generando un dolor agudo y repentino, que se sitúa en la parte superior derecha del abdomen.
Para
diagnosticar la afección, hay dos maneras. Por un lado, a través de una prueba analítica, pues en la sangre se puede detectar si el drenaje biliar es correcto. Por otro, se puede hacer una prueba de imagen, es decir una ecografía en la zona del abdomen.
Piedras en la vesícula
La aparición de piedras en la vesícula puede manifestarse con
diversidad de síntomas. Para identificar la enfermedad, esta puede aparecer como:
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Vómitos
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Fiebre y escalofríos
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Dolor abdominal prolongado
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Color amarillento de la piel (ictericia)
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Heces de color claro
Tratamiento de los cálculos biliares
Para tratar cálculos biliares,
se suelen utilizar métodos quirúrgicos. Por un lado, se pueden extirpar por una cirugía laparoscópica, que es menos invasiva y permite la recuperación en dos días. Si no, se puede optar por la
extirpación de la vesícula. Para evitar el desarrollo de estos, puede ayudar mantener una dieta saludable.
Una de las afecciones más graves que se pueden producir en la vesícula es un
tumor, aunque es poco frecuente. El tipo de cáncer que se puede desarrollar suele ser adenocarcinomas. Estos son tumores que tienen su origen en las células similares a glándulas que recubren el cuerpo, en este caso el
sistema digestivo.
Cáncer de vesícula poco frecuente
En general,
este tipo de cáncer tarda en significarse con síntomas, aunque si se ‘caza’ en un estadio temprano, puede tener un tratamiento eficaz. Los síntomas más comunes para detectar este cáncer son: dolor abdominal, vómitos, protuberancias en el abdomen y ictericia. Esto último puede resultar porque, si la bilis no llega al intestino, puede que se acumule en la sangre, lo que genera un color amarillento en la piel y la parte blanca de los ojos.
Además, se pueden dar señales como pérdida de peso y apetito, oscurecimiento de la orina o hinchazón en el vientre. Aun así, los expertos suelen hacer hincapié en que
es un cáncer muy poco frecuente y que estos síntomas suelen asociarse a otras causas, como por ejemplo los ya mencionados cálculos biliares.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.