Diccionario de enfermedades

Nódulos tiroideos

Causas, síntomas y tratamiento de los nódulos tiroideos
Los nódulos tiroideos son zonas de contenido sólido o líquido que se detectan en el interior del tiroides, generalmente porque el paciente nota un bulto en la parte anterior del cuello o porque se descubren de forma casual al hacer una ecografía u otra prueba de imagen del cuello, como un TAC. La mayoría de estos nódulos son benignos, aunque una pequeña proporción de ellos son realmente un cáncer de tiroides.

Los nódulos de tiroides son muy frecuentes, afectando a más de la mitad de las mujeres mayores de 50 años y, en menor proporción, a los varones. Dada su frecuencia es necesario determinar cuáles de ellos tienen más posibilidades de ser realmente cánceres para proceder a su punción (PAAF) y obtener material que permita saber si son o no definitivamente malignos (cancerosos).

¿Cuáles son las causas de los nódulos tiroideos?


Las causas de la aparición de nódulos en el tiroides son desconocidas.

¿Qué síntomas producen los nódulos tiroideos?


En la gran mayoría de ocasiones los nódulos no producen síntomas y solo si son muy grandes pueden ser detectados por el paciente como un bulto pequeño por delante de la garganta. A veces hay tantos nódulos que constituyen un bocio multinodular (un crecimiento de todo el tiroides como consecuencia de la existencia de muchos nódulos). Los nódulos también pueden ser diagnosticados de forma casual al hacer una prueba de imagen (ecografía o TAC) del cuello por cualquier otro motivo.

Un número pequeño de pacientes pueden tener nódulos hiperfuncionantes, que segregan una cantidad exagerada de hormonas tiroideas. En estos casos el paciente puede tener síntomas de hipertiroidismo.

No existe ninguna relación entre la presencia de nódulos y el funcionamiento del tiroides salvo en las escasas ocasiones de nódulos hiperfuncionantes.



¿Qué debe hacerse ante un nódulo de tiroides?


Más del 95% de los nódulos tiroideos son benignos. Ante todo paciente con un nódulo tiroideo se debe determinar si el nódulo es o no hiperfuncionante, para lo que se debe solicitar un análisis de sangre que determine la concentración de hormonas tiroideas y, en ocasiones, una gammagrafía del tiroides.

Existen ciertos datos de la ecografía que son más frecuentes cuándo existe un cáncer. Ante estos hallazgos ecográficos se debe siempre descartar un cáncer de tiroides si:
  • Presencia de múltiples calcificaciones de tamaño milimétrico en el interior del nódulo (microcalcificaciones).
  • La zona que rodea al nódulo no está bien delimitada.
  • El nódulo recibe muchas venitas (mucho riego) en su interior.
  • El nódulo tiene un tamaño muy grande.
Los nódulos malignos (cancerosos) son más frecuentes en las personas que han tenido familiares cercanos con un cáncer de tiroides y también en aquellos que en su infancia o en su juventud recibieron tratamiento con radioterapia.

Por tanto, la decisión de qué hacer ante el descubrimiento de un nódulo depende de su tamaño, de sus características y de los antecedentes personales y familiares del paciente. En general se recomienda hacer una PAAF para obtener células del nódulo y determinar así si es benigno o maligno (canceroso) en las siguientes circunstancias:
  • En personas que han recibido radioterapia en el cuello o que tienen algún familiar directo (padre, madre, hermanos o hijos) con cáncer de tiroides.
  • Si existen ganglios en el cuello.
  • Si el nódulo presenta características sugestivas de ser maligno (canceroso) en la ecografía (ver más arriba).
  • Si su tamaño es mayor de 1 o 2 cm (en función de las diferentes guías y de sus características ecográficas) y son sólidos.
  • Los nódulos quísticos (con contenido líquido) no suelen ser estudiados.
Tras realizar una PAAF, el resultado puede ser:
  • No se obtiene material suficiente (es decir, no se han podido coger células para analizar). Se debe repetir la PAAF.
  • Se obtiene material pero el resultado es dudoso. Se debe repetir la PAAF pasados unos meses.
  • El material indica que es benigno. Se debe realizar seguimiento por ecografía.
  • El material es sugestivo de cáncer de tiroides. Se debe operar.
En muchos casos se requiere realizar revisiones periódicas para observar el crecimiento de otros nódulos de menor tamaño no biopsiados y para ver si los nódulos en los que se hizo una PAAF mantienen el mismo tamaño.

¿Cuál es el tratamiento de los nódulos tiroideos?


Los nódulos benignos no se tratan, salvo si son muy numerosos y comprimen alguna estructura del cuello, en cuyo caso se deben operar. En ocasiones se puede poner tratamiento con hormonas tiroideas.

Los nódulos malignos (cáncer de tiroides) se deben operar, extirpando parte o todo el tiroides.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.