El
liderazgo en sanidad, según la Organización Mundial de la Salud, no se limita a la administración de recursos o toma de decisiones estratégicas, sino que implica inspirar y motivar a
equipos multidisciplinares hacia un objetivo común: el bienestar de la sociedad.
Y ese objetivo común no se puede alcanzar sin un enfoque transdisciplinar y coordinado que implique a diferentes profesionales de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS):
enfermeras, médicos, fisioterapeutas, trabajadores sociales, nutricionistas, etc.
De ahí la importancia de la planificación y el
desarrollo de los recursos humanos en salud como un instrumento clave para impulsar la calidad de la atención.
Una adecuada estrategia de recursos humanos adaptada a las necesidades de los servicios sanitarios no puede llevarse a cabo sin uno de los pilares fundamentales del SNS,
las enfermeras, gestoras por naturaleza de las instituciones sanitarias y garantes, no solo de la calidad asistencial, sino también el motor de transformación de los sistemas de salud, tanto en su natural evolución social como ante las más duras adversidades sanitarias.
Enfermería ha ido ampliando su papel y ha pasado a
desempeñar funciones cada vez más importantes y complejas dentro de los equipos de salud, incrementando sus competencias profesionales y demostrando día a día que los servicios sanitarios son solo posibles gracias a
la gestión llevada a cabo por las enfermeras.
"Enfermería ha incrementado sus competencias profesionales"
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Ha sido precisamente la capacidad de estas profesionales de adaptación, innovación y compromiso lo que ha hecho posible abordar las nuevas necesidades de la sociedad donde, como consecuencia del envejecimiento de la población, se está generando ya una demanda considerable de servicios, ya que una proporción cada vez mayor de estos ciudadanos se volverá frágil y sufrirá un deterioro de la salud física y mental. Una situación en la que se ha puesto de manifiesto
la capacidad de liderazgo transformacional de nuestra profesión y su papel clave.
Llegar a este punto no ha sido fácil, ya que aún son muchos los obstáculos que ha habido que superar como Profesión; sin embargo, el hecho de que
Enfermería sea una disciplina científica, en constante evolución y actualización, nos permite desarrollar un liderazgo activo que es fundamental para enfrentar los retos de un sistema en constante cambio que requiere innovación, integración de la tecnología y humanización de los cuidados.
Porque algo que pudiera parecer contradictorio, los conceptos de
humanización y tecnología, en realidad no lo son. El carácter ‘biologicista’ lo tenemos muy presente al tener una visión holística del paciente y verlo como un todo, pero además hemos sido capaces de incorporar la tecnología a nuestro día a día sin dejar de
mantener esa visión única enfermera que solo nosotros podemos aportar.
"Hemos sido capaces de incorporar la tecnología a nuestro día a día sin perder la visión única enfermera"
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Cuando hay voces que se alzan como líderes únicos del sistema sanitario, es cuando las enfermeras nos vemos en la obligación de recordar que el único eje sobre el que pivota la salud y los recursos que se destinan a la mejora y sustento de ésta, no es otro que
el paciente.
Las personas a las que atendemos son el único centro del sistema. Y somos los profesionales, con nuestras competencias -cada una la que nos corresponde- quienes trabajamos por y para el beneficio de ellas.
A estas alturas del siglo XXI, que algún profesional sanitario pretenda erigirse como protagonista único del sistema sanitario, demuestra una visión muy parcial de la realidad actual del ecosistema sanitario donde no hay profesionales de primera o de segunda, sino equipos que deben estar cohesionados trabajando por el bien común, la salud de todos.
Cada uno desde su autonomía profesional y con el respeto debido a cada actor del ecosistema sanitario.
Nuestra sociedad, nuestros pacientes, merecen la mejor atención, y ese debe ser el objetivo común de todos los profesionales de la salud. Porque, -citando a
Florence Nightingale, considerada la precursora de la Enfermería moderna- “estar a cargo no es hacer todo por ti mismo ni delegar responsabilidades a un número de personas.
Es asegurarse de que cada profesional cumpla con la responsabilidad que se le ha encargado”.