La celebración en Bangkok durante esta semana del Congreso de la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP) está resultando especialmente feliz para la farmacia española. La presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof), Carmen Peña, ha sido elegida para este mismo cargo al frente de la Federación Internacional de Farmacéuticos, una responsabilidad que asumirá desde este mismo viernes. El éxito de Peña es, en buena medida, el de la discreción y el trabajo fuera de los focos. Siempre alejada de las polémicas: sin entrar al trapo cuando otras profesiones han tratado de discutir las lindes competenciales; sin lanzar dardos a las Administraciones a través de los medios de comunicación para obtener ventajas; sin más protagonismos que los propios de su desempeño. Heredera de un estilo de Comunicación institucional que ya practicó siendo vicepresidenta de Pedro Capilla, no es de las que caen en la tentación del ‘off the record’ ante un ambiente relajado con el/la periodista. Peña viajaba a Bangkok sin querer exteriorizar la ilusión de que podía ser la presidenta mundial de su profesión, pero con el trabajo hecho para conseguirlo. Ese es su sello. Como en el acuerdo recientemente firmado con el Ministerio de Sanidad. Salvaguardando las negociaciones del escrutinio público, pero trabajando para que fuera lo más ventajoso para los farmacéuticos a los que representa.