Carlos Corominas. Madrid
Las causas que pueden desembocar en una agresión son muy variadas. En el caso de los médicos, no obstante, son un puñado de motivos los que llevan a un paciente a atacar tanto verbal como físicamente a quien trata de ayudarle con un problema de salud.
Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC.
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Los datos recogidos por el Observatorio Nacional de Agresiones a Médicos de la Organización Médica Colegial (OMC) revelan que las discrepancias con la atención médica recibida lidera el ranking de estas causas ya que un 36 por ciento de las agresiones registradas, 98, se debieron a este motivo.
La segunda razón que reportaron los médicos tras ser agredidos se debió a discrepancias personales del paciente con el sanitario. Este motivo fue la causa del 15 por ciento de las incidencias registradas por el observatorio. Como tercera causa se arguye el tiempo que se tarda en se atendido, con un 14 por ciento de los casos, un total de 37 agresiones en 2015.
El paciente que acude con una idea del medicamento que le conviene y no recibe lo que quiere también se puede mostrar agresivo. Así, el 11 por ciento de los sucesos se debió a que este no aceptaba lo que le recetaba el profesional. Otra discrepancia, en este caso con los informes elaborados por el centro, supusieron el 5 por ciento de los casos.
El mal funcionamiento del centro sanitario supuso un 4 por ciento de las agresiones y las diferencias en relación a la baja médica supusieron apenas el 3 por ciento de las agresiones, 8 en total.
Para Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC, los recortes subyacen detrás de muchos de estos motivos. “No es posible atender adecuadamente a la gente”, señala, y añade: “El que da la cara no es el consejero, ni el gerente, sino el que está delante del paciente y ese es el médico”
Tipos de delito
En 2015, en el marco de la reforma del Código Penal, se pasó a tipificar la agresión a sanitarios del Sistema Nacional de Salud como atentado a la autoridad por tratarse de empleados públicos.
Esto produjo que 18 de las 66 sentencias fueran tipificadas como delito de atentado. 29 de las agresiones fueron señaladas como delitos leves y 5 como delitos graves. El resto de tipificaciones pasa por amenazas, lesiones, maltrato y desórdenes.
En total se impusieron 82 penas. De estas, 37 fueron multas, 17 inhabilitación, 16 conllevaron cargos de prisión, 8 fueron medidas de seguridad y 4 se enmarcan en otra categoría.
En este sentido, Sendín reclama una posición más contundente de las administraciones, “que en muchas ocasiones ocultan el problema”. Según el presidente de la OMC para que las penas sean efectivas y disuasorias es necesario “que se tomen decisiones rápidas y contundentes”.
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