Sandra Horning. |
Para Sandra Horning, Chief Medical Officer y responsable de Desarrollo Global de Productos de Roche, “este logro es especialmente importante para este grupo de pacientes con linfoma folicular, cuyo manejo dispone de opciones limitadas de tratamiento”.
Según Armando López Guillermo, del Servicio de Hematología del Hospital Clìnic de Barcelona, resulta “interesante comprobar que con obinutuzumab se incrementa el porcentaje de pacientes con EMR negativa, lo que indica probablemente una mayor eficacia antitumoral del tratamiento. No obstante, conviene tener en cuenta que en el otro grupo no se utiliza ningún anticuerpo monoclonal. Lo más destacable es que la EMR, y por ende el uso de obinutuzumab, se correlaciona bien con la supervivencia libre de progresión; ahora será preciso determinar si pasa lo mismo con la supervivencia global”.
Calidad de vida
Otro análisis del mismo estudio presentado en Orlando puso de manifiesto también que es mayor la proporción de pacientes que mejoró su calidad de vida entre los tratados con obinutuzumab que aquellos otros que solo recibieron quimioterapia. Este parámetro fue un objetivo secundario del Gadolin y el resultado sugiere que una mayor supervivencia libre de progresión (SLP) no conlleva un incremento de la toxicidad asociada al tratamiento que impacte negativamente en la calidad de vida. En opinión del doctor López Guillermo, “con toda probabilidad las diferencias de calidad de vida favorables al grupo de obinutuzumab tengan su origen en la mayor duración de la respuesta que el anticuerpo consigue. Si el paciente tarda más en recaer, su calidad de vida será, sin duda, mejor”.
La Food and Drug Administration (FDA, por sus siglas en inglés) ha concedido la revisión prioritaria para obinutuzumab en el tratamiento de pacientes con linfoma folicular que han recaído o no responden a un tratamiento basado en rituximab. Roche también ha solicitado la autorización del nuevo anticuerpo a otras agencias regulatorias, incluida la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para tratar a pacientes con linfoma folicular que no respondieron o que progresaron en los seis meses siguientes a una terapia con rituximab o a una pauta que incluyera rituximab.