Trabajando juntos por la vida… de Teresa

Ismael Sánchez. Madrid
Resulta que la invitada, que no estaba invitada, más ilustre del acto institucional de celebración de los 25 años de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) es la auxiliar de Enfermería y, hasta hace pocos días, por completo desconocida. De hecho, si este cumpleaños se hubiera celebrado cuando estaba inicialmente previsto -en marzo pasado, fue a coincidir con la muerte del expresidente Suárez-, no hubiera habido alusión alguna a su ejemplo. Pero la dictadura de la actualidad volvió a imponerse una vez más y Teresa Romero, la primera infectada del virus del ébola en Europa, felizmente curada, ha sido la gran protagonista del merecido homenaje al sistema español de trasplantes, capaz de agotar todos los elogios y parabienes que se nos puedan ocurrir, y concretado en el lema 25 años trabajando juntos por la vida.

Foto de familia del 25 aniversario de la ONT.

Hoy es la vida de Teresa la que más ha importado rescatar y Rafael Matesanz, director de la ONT, no ha dudado en citar a las miles de teresas sin las que ni los trasplantes ni la sanidad entera serían posibles. La ministra Ana Mato también ha tenido un cariñoso recuerdo para la auxiliar que, en realidad, ha sonado más sincero de lo que a simple vista pueda parecer. Porque, junto con la recuperación de Teresa, y aunque mucho menos importante, la ministra logra salvar momentáneamente uno de los episodios más críticos de su gestión al frente del Ministerio.

Más allá de la peripecia de Teresa y de la controversia social y política que aún generará su contagio, la ONT ha logrado una vez más situarse en el centro de los focos del sector, tratando de resumir 25 años de historia en apenas una hora de acto público, con entrega incluida de reconocimientos a comunidades autónomas, hospitales, equipos, instituciones y entidades que han destacado en la materia. Matesanz, memoria viva del organismo, ha recordado los inicios precarios y ha encontrado en dos palabras –idea y proyecto- las razones para explicar un éxito rotundo.

Del trabajo en equipo ha habido sobrados testimonios: coordinadores autonómicos, coordinadores de hospital, médicos trasplantadores y donantes han tomado la palabra con emoción orgullo por el trabajo realizado. Y su papel ha merecido el elogio de la reina Doña Letizia –que en marzo tenía previsto acudir a este mismo acto, pero en su anterior condición de princesa de Asturias- y de la ministra Mato, encantada de hablar de trasplantes, el mejor pegamento de un frágil Sistema Nacional de Salud, ante consejeros tan poco proclives a la adulación como el vasco Darpón o el asturiano Blanco. A su juicio, el logro de la ONT es puro capital político: “Solo un país que funciona puede conseguir un reto de esta magnitud”.

Los populares Echániz y Hernández Carrón, que quisieron acompañar a los premiados de sus respectivas comunidades autónomas, se confundieron con la plana mayor del Ministerio, con especial protagonismo para la secretaria general, Pilar Farjas, tanto en las diferentes intervenciones como en la entrega de premios. No en vano, el organismo es uno de los que dependen directamente de su competencia, y así se ha encargado otra vez de demostrarlo.

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