La conciliación a la que pueden optar los padres y madres se reduce a una reducción de jornada en caso de menores de 12 años y una excedencia hasta los tres
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La conciliación en sanidad es bastante difícil porque es un servicio abierto a tener médicos siempre en toda la población, pero si las cosas se organizasen bien, se podría hacer”. Ana Posada, pediatra madrileña con cinco hijos, describe con estas palabras la difícil situación de los profesionales para poder cuidar de sus hijos sin perder su puesto de trabajo en el intento. La gran mayoría,
mujeres que hacen 'malabares' para poder recoger a los niños del colegio sin que su centro de trabajo las ponga trabas a su reducción de jornada, garantizada por ley y se agarran a fórmulas que, sin embargo, no evitan que compaginar vida profesional y personal sea toda una 'prueba de esfuerzo' que afecta tanto a la salud como el bolsillo de aquel que lo intenta. Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿
es posible la conciliación trabajando en la sanidad pública española?
La precariedad laboral es un tema que agrava la dificultad para conciliar en cualquier sector, explica
Silvia Espinosa, responsable de la Mujer de
FSS-CCOO, que añade: “En Sanidad tenemos altas tasas de temporalidad -un 35.6 por ciento según el último estudio del sindicato- que
además afecta más a las mujeres (sobre todo en la sanidad pública, donde los hombres presentan el 25,4 por ciento mientras que las mujeres el 38, 2 por ciento), repitiéndose la situación de que quien más necesita conciliar, más dificultades tiene para ello”. La conciliación a la que pueden optar los padres y madres se limita a una reducción de jornada en caso de menores de 12 años y una excedencia hasta los tres.
Para la
responsable de CCOO, la actividad que se desarrolla en sanidad, “cuadra perfectamente con el estereotipo de género según el cual, cuidar es cosa de mujeres. Es por esta causa que casi el 80 por ciento de sus plantillas están compuestas por trabajadoras, tendencia que no solo se consolida, sino que está en aumento”.
JORNADAS REDUCIDAS
"El tema de conciliar la maternidad con el trabajo se lleva malamente. Lo que hay ahora en Pediatría son plazas de tarde"
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Ana, con un bebé de 14 meses, tiene la jornada reducida en un tercio, lo que le supone unos mil euros al mes, “mucho para una casa”: “
Hemos tirado de dinero que teníamos ahorrado. A partir del mes que viene, lo voy a cambiar y salir un par de días a las 9”, anuncia la pediatra, que en la actualidad sale a las 6 y media de su
centro de salud en el madrileño barrio de Embajadores.
“El tema de
conciliar la maternidad con el trabajo se lleva malamente. Lo que hay ahora en Pediatría, sobre todo, son plazas de tarde. Apenas hay turnos deslizantes y la única opción que te queda para ver a los niños es reducirte la jornada y perder dinero”, espeta la médica, que reivindica que la situación no se puede mantener mucho en el tiempo “porque te ahogas”: “
te quitan una parte importante del sueldo”.
Aún así, a Ana apenas le queda tiempo para ver a sus hijos, el mayor de ocho años. “Llegas a casa a las siete y pico y ya te metes en el follón de bañarles, darles de cenar y acostarlos porque son pequeños, no queda otro remedio, es lo que hay”, se apena la médica,
quien tuvo que pelear para que le concedieran ese margen: “en el centro de salud he tenido problemas a la hora de coger la reducción porque somos dos pediatras de tarde y ella tiene la misma jornada, por lo que se queda el centro en descubierto de 6 y media a 9. Pero como es un derecho, nos lo tuvieron que dar. Hay que lucharlo”.
La misma denuncia tiene Joaquín Serrano, pediatra en un centro de salud de Rivas. “Es muy difícil, tanto para una madre como para un padre, si tienes hijos pequeños con horarios escolares, estar de 2 a 9 fuera de casa supone perderte tu vida familiar, todo”, lamenta el médico, que también reivindica el papel de los hombres en la conciliación: “La profesión está muy feminizada y parece que la conciliación se enfoca siempre a las mujeres. En mi caso, por ejemplo, como padre implicado en la crianza de mis hijos y en la vida familiar, quiero estar con ellos y compartir las responsabilidades con mi pareja y no se puede”.
Luis Rico, de 41 años, sustituye a una
compañera con reducción de jornada en el hospital de Osuna, aunque no sabe por cuánto tiempo. “Para la persona que lo necesite, bien por el cuidado de un hijo, bien por el cuidado de algún familiar mayor, yo veo bien que se tomen estas reducciones para poder conciliar”, razona.
“El salario se reduce también según las horas que trabajas. Yo solo voy de mañanas y el sueldo se queda en unos 600 euros”, explica Luis, que también trabaja en un negocio familiar para
tratar de llegar a fin de mes porque un contrato al 50 por ciento no lo deja fácil.
ESTEREOTIPOS
Ana Posada, pediatra madrileña con cinco hijos
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“Los mismos estereotipos nos llevan a que todavía son las mujeres las que cargan con la mayor parte de cuidar hogares y personas dependientes, menores y mayores, con lo cual son las que tienen mayor necesidad de conciliar y las más perjudicadas por esta dificultad extra de sector”, reivindica Silvia Espinosa.
Carmen Alonso, enfermera en el Hospital de Móstoles, comparte el cuidado de sus dos hijos con su marido. “
La sanidad es un sector muy feminizado. Yo me voy apañando con mi marido, porque es funcionario y se ha podido flexibilizar el horario y así vamos tirando”, explica la sanitaria, que añade: “Yo he tenido reducción de jornada de un tercio hasta hace un año porque, económicamente
, cada mes perdía unos 700 euros y es mucho dinero. Podía reducirla hasta la mitad, por tener a menores de 12 años, y hasta que cumplen tres, te puedes pedir una excedencia, pero sin cobrar nada”.
Carmen ha conseguido optar a un turno de mañana con flexibilidad horaria de noches, por eso ha
decidido renunciar a la reducción. “Yo guardias no hago porque hago noches. Mi marido ese día entra más tarde porque deja él a los niños y luego recupera esas horas por la tarde. Cuando estoy de saliente, los recojo yo. Al final la conciliación es a costa de tu bolsillo y tu salud”, denuncia la enfermera, que tiene que hacer un esfuerzo extra para llegar a todo:
“Si yo salgo de noches y me tengo que hacer cargo de los niños, yo no he dormido nada y me he metido 48 horas sin parar, empalmo la guardia del hospital con la guardia de la familia”, bromea la madre.
HORARIOS IMPOSIBLES
"Cuando hay festivos en Educación, ¿qué hacemos con los niños esos días?"
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“En el ámbito sanitario, la conciliación es inviable, porque soy enfermera y tengo unos turnos de mañana, tarde y noche…” Carmen no acaba la frase ante la complejidad de explicar los
horarios de un sanitario. En su lugar, lo hace la responsable de Comisiones Unidas: “En un ámbito donde los cuidados se dispensan las 24 horas del día, los 7 días de la semana y los 365 días al año, situación que requiere horarios que conllevan una penosidad extra, como los nocturnos, a turnos o largas jornadas de guardias en días festivos, que dificultan especialmente la
conciliación del personal”.
Bien lo sabe Carmen. “ El año que me tuve que
reincorporar de la baja maternal de mi hija, que coincidía en navidades, que para cogerse un día libre hay que pasarse siete trabajando; me tuve que coger una excedencia porque si no, no hubiera visto a mi niña”, lamenta la sanitaria, a la que se le presenta otro verano complicado para conciliar: “Ahora en julio, paga la guardería y el campamento. Y eso que en nuestro caso somos afortunados porque mi
marido es funcionario y yo soy enfermera y nos podemos permitir flexibilizar… al final tenemos a abuelos muy mayores haciéndose cargo de niños muy pequeños porque no hay otra opción. Cuando hay festivos en Educación, ¿qué hacemos con los niños esos días? No podemos librar todas”, denuncia.
SOLUCIONES
Para Ana, la conciliación se podría mejorar si la sanidad “se organizase bien”: “Igual que en los hospitales se hacen guardias, también se podría hacer en los centros de salud las últimas horas de la tarde, y no estaríamos todos con las
reducciones de jornada y perdiendo dinero. Y si esas horas se compensasen económicamente, mucha gente haría un par de guardias a la semana, porque económicamente le viene bien y puede combinarlo”.
Joaquín está recogiendo firmas para llevar una propuesta a la Asamblea de Madrid: “El horario propuesto sería de diez a cinco o de once a seis y la apertura de los Puntos de Atención Continuada debería adelantarse a las cinco o las seis para
apoyar la urgencia hospitalaria. Esta demanda va a rentar en una mayor satisfacción e implicación de los profesionales sin duda. El actual documento de turnos deslizantes es insuficiente y se aplica en los centros bajo criterios subjetivos”, denuncia el médico.
Al final, se trata de tener una vida fuera del trabajo, “no solo por tema de cuadrar horarios sino de disfrutar de tus hijos, que es de los que se trata, no tener hijos para que te los cuiden otros”, sentencia Carmen.
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