Los médicos de Familia del Sespa no acatarán el nuevo sistema de guardias

Tan solo diez días después de que el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) llegase a un acuerdo mayoritario con los sindicatos para una reorganización de la Atención Primaria, cerca de 200 médicos de Familia se han plantado y no acatarán el nuevo sistema de guardias que se implantará para dar cobertura a los servicios de atención continuada y a las incidencias que requieren un trabajo añadido.

Los profesionales sanitarios contrarios a la medida ya han solicitado reuniones con los responsables políticos de la sanidad pública asturiana, al no dar por bueno el sistema de guardias acordado entre el Sespa y cinco de las seis organizaciones sindicales que participaron en la mesa de negociación. "No vamos a perder derechos", aseguran.

Hasta el momento, el Sespa cubría las guardias de fin de semana en los centros de salud con los profesionales que se prestan a hacer esas horas de forma voluntaria y, sobre todo, con personal eventual. Desde el 1 de febrero esta figura ha desaparecido de la Administración y se van incorporando como interinos al Sespa. De tal forma que todos los médicos de Atención Primaria, independientemente de su situación contractual, quedan obligados a trabajar 54 horas de guardia (tres más) si ejercen en zona rural y 21 horas (seis más), en el caso de los centros urbanos.

Los facultativos afectados reprochan el acuerdo firmado por el Simpa, el sindicato profesional mayoritario entre los médicos de la sanidad pública asturiana y una de las primeras organizaciones que se mostró partidaria del acuerdo con el Sespa. Con este ambiente, el Servicio de Salud del Principado retomaba este miércoles las negociaciones para tratar de llegar a un segundo acuerdo con los representantes de los trabajadores del sistema sanitario en el ámbito salarial.

Sobre la mesa está la posibilidad de subir el precio de la hora de guardia, ya que Asturias es una de las comunidades autónomas donde el importe es menor, o la de incrementar la retribución del trabajo de noche en jornada festiva, para lo que se prevé un gasto anual de 1,5 millones de euros.