Coronavirus| Simulacro 'antieuforia' de desescalada: "Aún no hemos vencido"

26 de abril. Es la fecha que el Gobierno ha puesto sobre la mesa a la hora de plantear un posible levantamiento del Estado de Alarma. El Ejecutivo ha comenzado a planear la siguiente fase de actuación tras el confinamiento total provocado por la crisis del coronavirus. La parte "más difícil", según Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias. 

Médicos como César Carballo coinciden con Simón al señalar la necesidad de "mantener la tensión y el distanciamiento" para evitar un "repunte de la epidemia". Este médico de Urgencias, ha querido mostrar cuáles serían los efectos progresivos de una retirada parcial del aislamiento. Para ello ha diseñado, junto a Epifanio Suárez, un simulador virtual que refleja la incidencia del virus sobre una muestra de 199 personas. 

Ahí tenéis una versión trabajada en el simulador de como atacaría el virus a una población cuando retiramos de manera parcial el aislamiento.Cuidado con la euforía,aún no hemos vencido al virus,no le demos combustible.Ya queda menos AGUANTEMOS! @episuarezhttps://t.co/6HsiYrUWI5 pic.twitter.com/dIS1rcoa3A

— Cesar Carballo (@ccarballo50) April 5, 2020

Cada color representa un grupo concreto: sanos, contagiados, recuperados, asintomáticos, hospitalizados, pacientes en UCI y defunciones. La recreación parte de un escenario 0 previo a la aparición del virus. A medida que avanzan los días, vemos como el coronavirus empieza a propagarse rápidamente en la zona de aislamiento generando las primeras hospitalizaciones.

Transcurrido el primer mes, aparecen también los primeros casos asintómaticos, y 10 días después el primer fallecido por coronavirus. La curva de contagios, no obstante, comienza a disminuir a partir del día 50. Los enfermos se van convirtiendo poco a poco en recuperados y 4 meses después el virus está prácticamente extinguido. El resto de individuos (180) continúan sanos.

Al eliminar parte de la barrera en el simulador - es decir en un escenario de aislamiento parcial -  el número de contagiados crece a un ritmo mucho mayor. En dos semanas, los 15 contagiados que había en la zona de confinamiento rozan ahora los 90. En un mes, todos los sujetos habrían contraído el virus. 

Levantamiento de las restricciones por el Covid-19

Pero, ¿qué pasaría si el aislamiento se redujera a los dos meses? Todavía existirían casos asintómaticos que podrían seguir contagiando al resto de la población y el número de casos positivos volvería a reproducirse casi como al principio. 

Si la apertura se produce cuando la mayoría de sujetos aislados están recuperados, el número de infectados por Covid-19 no experimenta ningún aumento. Según el simulador, no obstante, tendrían que pasar unos 100 días para que esto ocurra. "Cuidado con la euforía, aún no hemos vencido al virus, no le demos combustible" advertía Carballo. 

'Tira y afloja' para mantener la pandemia de coronavirus "bajo control" 

Gabriel Leung, epidemiólogo de la Universidad de Hong Kong considera que, en países como España, lo prioritario debe ser "evitar el colapso" del sistema sanitario para proteger el mayor número de vidas. Después, deberá plantearse cómo reducir la epidemia "de forma lenta", dando el suficiente tiempo a la población para que "adquiera de una forma u otra inmunidad al Covid-19". 

Dado que los "bloqueos masivos o las medidas de distanciamiento no pueden durar" hasta que se encuentre una vacuna, a partir de ahora los gobiernos irán alternando la aplicación y relajación de las restricciones para mantener "la pandemia bajo control" con un coste "económico y social aceptable".

Según Leung, cada país deberá diseñar la mejor forma de hacerlo, "dependiendo de sus medios, su tolerancia a la disrupción y la voluntad colectiva de sus ciudadanos". "El desafío constituye esencialmente un 'tira y afloja' para combatir la enfermedad, proteger la economía y mantener el equilibrio de la sociedad". 

Este sanitario ve necesario llevar un control "mucho más preciso" del estado de la pandemia atendiendo a la capacidad real de propagación del virus en un determinado momento. Esto, augura, permitirá a los organismos anticiparse a la evolución del brote y ajustar lo máximo posible las medidas llevadas a cabo.