Imagen difundida por Laura McIntyre a través de Facebook.
Una imagen vale más que mil palabras. Este proverbio bien podría servir para titular la fotografía que se ha hecho
viral en redes sociales en la que se ve a una
enfermera llorando tras doblar varios
turnos de guardia, llegando a hacer un total de
53 horas en cuatro días, y la angustia que le llegó a provocar el fallecimiento de un paciente.
En concreto, se trata de una instantánea que ha compartido la hermana de una profesional sanitaria,
Laura McIntyre, a través de
Facebook y con la que ha pedido que se valore más el trabajo que hacen las enfermeras y lo que supone para su
estado físico y mental tantas horas de trabajo.
“Caty acaba de llegar de su
cuarto turno consecutivo. Eso es alrededor de
53 horas en cuatro días. Sin incluir la hora y media que está en el coche todos los días. Normalmente ella no tiene la oportunidad de comer o incluso de beber mucha agua. Es tan buena en lo que hace que a menudo se olvida de cómo cuidar de sí misma mientras se está haciendo cargo de sus
pacientes”, ha relatado la hermana de la enfermera.
"A Caty y a todas las enfermeras. Sois especiales. Bendecís a vuestros pacientes y a sus familias"
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La reflexión que ha hecho sobre esta profesional ha ido más allá allá. Según se ha explicado en el
post de Facebook, la fotografía es de una noche del pasado mes de junio cuando Caty volvió a casa llorando después de un duro día de trabajo. Y es que esta trabajadora participó en un
parto en el que el bebé, lamentablemente, nació muerto.
Después de ver la tristeza e impotencia con la que esta enfermera llegó, Laura Mcintyre ha decidido rescatar esta imagen para
recordar el trabajo que hacen estas profesionales que asisten a las embarazadas y lo duro que es su trabajo en casos de bebés fallecidos.
“¿Alguna vez realmente habéis pensado lo que una enfermera ve? Ellas ven partos alegres sin problemas y madres junto a bebés sanos. Pero ellas también
ven pánico y ansiedad cuando las mamás primerizas están asustadas; ellas ven miedo cuando
se llama a practicar una cesárea; ellas ven la paz cuando la madre tiene el
apoyo de su familia -pero no todas tienen apoyo-; ellas ven a
adolescentes parir; ellas llegan a ver cómo vienen los
servicios funerarios. ¿Sabías que tienen que hacer el papeleo para que la funeraria venga a recoger al bebé? Yo tampoco”, ha lamentado en su texto McIntyre.
Para cerrar este texto, la autora ha querido aplaudir y lanzar un mensaje de agradecimiento. "A Caty y a todas las enfermeras. Sois especiales.
Bendecís a vuestros pacientes y a sus familias más de lo que nunca sabréis. Gracias por todo lo que hacéis”, ha concluido.
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