MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Unos mejores hábitos de vida, como mantener unos patrones de sueño regulares y un IMC saludable, podrían reducir los síntomas de la dismenorrea primaria (DP) y el síndrome premenstrual (SPM) de las mujeres, según un estudio de la Universidad de Tsukuba (Japón).
Los síntomas adversos relacionados con la menstruación son frecuentes durante los ciclos menstruales, que se producen aproximadamente una vez al mes en las mujeres sanas. La dismenorrea primaria y el síndrome premenstrual son especialmente prevalentes y problemáticos, causando calambres, dolor corporal y numerosos otros síntomas físicos y emocionales perturbadores.
Ahora, esta revisión sistemática y un metaanálisis, publicados en la revista científica 'International Journal of Environmental Research and Public Health', han hallado puntos en común en los factores de riesgo para la prevalencia y la gravedad de la DP y el SPM, y han demostrado que algunos síntomas pueden autocontrolarse con éxito.
Los estudios previos que investigaban los síntomas de DP y SPM han encontrado una serie de factores de riesgo sin conclusiones claras. Muchos estudios han limitado su alcance a la DP durante la menstruación y al SPM antes de la menstruación.
Sin embargo, el grupo de investigación descubrió que los síntomas eran prevalentes y similares tanto antes como durante la menstruación. Por lo tanto, su revisión incluyó los síntomas en ambas etapas. Los investigadores examinaron estudios ingleses y japoneses sobre los síntomas relacionados con la menstruación, centrándose en la DP y el SPM.
El equipo de investigación realizó primero una búsqueda en la literatura biomédica inglesa y japonesa. Buscaron estudios observacionales de mujeres sanas, y que se centraran en la DP y el SPM. Una revisión posterior refinó la lista de 1.479 a 77 estudios que cumplían los criterios exactos. De ellos extrajeron datos sobre las características físicas, las características menstruales y los factores del estilo de vida.
Los resultados mostraron que las características físicas, como la edad y el IMC; las características menstruales, como periodos más largos y ciclos irregulares; y los factores del estilo de vida, como la duración del sueño y el tabaquismo, afectaban a la prevalencia y gravedad de los síntomas relacionados con la menstruación.
Algunos de los factores de riesgo identificados escapaban al control del individuo, como la edad y los antecedentes familiares. Otras características, sin embargo, ofrecen esperanzas para aliviar los síntomas.
"Entre nuestros hallazgos, el IMC, el estrés, la duración del sueño y la hora de acostarse se asociaron con la prevalencia de la DP, mientras que fumar se asoció con la prevalencia del SPM. La buena noticia es que las mujeres pueden hacer mucho para controlar por sí mismas estos factores de riesgo", ha resaltado el líder de la investigación, el profesor Nakata.
Hasta donde saben los investigadores, este es el primer estudio que examina exhaustivamente en qué medida todos estos factores afectan a la prevalencia y gravedad de la DP y el SPM. La intervención y el control de los factores más significativos pueden mejorar los síntomas y, por tanto, la calidad de vida de muchas mujeres.