MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Simon Fraser (Canadá), y que ha sido publicado en 'The British Medical Journal', ha puesto de manifiesto que comer granos refinados, como por ejemplo pan blanco o croissants, aumenta el riesgo infarto e, incluso, de muerte.
En el trabajo se han analizado las dietas de diversas poblaciones en países de ingresos bajos, medianos y altos de todo el mundo. Durante 16 años de análisis a 137.130 personas de 21 países, incluido Canadá, los investigadores encontraron que la ingesta de estos alimentos, así como de azúcares añadidos, ha aumentado considerablemente a lo largo de los años.
Los cereales se clasificaron en tres grupos: cereales refinados, cereales integrales y arroz blanco. Los cereales refinados incluían productos elaborados con harina refinada, incluido el pan blanco, pasta/fideos, cereales para el desayuno, galletas saladas y productos de panadería/postres que contienen cereales refinados. Los cereales integrales incluían harinas integrales (por ejemplo, trigo sarraceno) y cereales integrales intactos o partidos (por ejemplo, avena cortada en acero).
El estudio encontró que comer más de siete porciones de granos refinados por día se asoció con un 27 por ciento más de riesgo de muerte prematura, un 33 por ciento más de riesgo de enfermedad cardiaca y un 47 por ciento más de riesgo de accidente cerebrovascular.
Asimismo, no se encontraron efectos adversos significativos para la salud con el consumo de cereales integrales o arroz blanco. Por tanto, el estudio destaca la necesidad de comer alimentos integrales como arroz integral y cebada, y consumir menos cereales y productos de trigo refinado.