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22 abr. 2024 20:04H
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MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Un estudio liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha establecido por primera vez las posibilidades de desarrollo de miocardiopatía dilatada entre pacientes portadores de alteraciones genéticas que provocan la enfermedad: un 11 por ciento.

En el estudio, publicado 'Journal of the American College of Cardiology', han participado 25 hospitales españoles. En total, se han recogido datos de más de 779 personas, de 300 familias distintas, que eran portadoras de la alteración genética pero que no tenían signos de enfermedad. Los investigadores encontraron que tras un seguimiento mediano de 37 meses, casi el 11 por ciento de los portadores desarrollaron la enfermedad.

El estudio también ha visto que el desarrollo de la enfermedad variaba según el tipo de alteración genética que presentaran los pacientes.

La miocardiopatía dilatada es la causa más frecuente de insuficiencia cardiaca en personas jóvenes y, además, la principal causa de trasplante en todo el mundo. Se caracteriza por el agrandamiento del corazón y la disminución de su capacidad para bombear la sangre correctamente. Asimismo, los pacientes que padecen esta enfermedad sufren con frecuencia arritmias y muerte súbita.

Se sabe que en aproximadamente el 30-40 por ciento de los pacientes la enfermedad se produce como consecuencia de una alteración genética. Cuando se identifica que la miocardiopatía dilatada tiene un origen genético es posible estudiar a los familiares del paciente para determinar si han heredado o no la alteración genética.

Aquellos familiares que han heredado la alteración genética presentan un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad en el futuro. Por ello, se recomienda realizar revisiones periódicas con el fin de identificar cuando desarrollan la cardiopatía y cuando deben iniciar tratamiento farmacológico para tratar la enfermedad. Sin embargo, se desconoce cómo de frecuente es que los familiares portadores genéticos desarrollen la enfermedad, a qué edad la desarrollarán y si existen factores que ayuden a identificar quienes desarrollarán la enfermedad en el corto plazo y, por tanto, necesitan ser controlados de forma más estrecha.

"Hemos identificado que los pacientes que desarrollaron la enfermedad compartían con más frecuencia algunas características concretas como una edad mayor, alteraciones en el electrocardiograma y un corazón con un tamaño mayor y con menos fuerza de bombeo, aunque dentro de lo normal", explica el autor del estudio, jefe de grupo del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y jefe de Sección de Cardiopatías Familiares del Hospital Puerta de Hierro, el doctor Pablo García-Pavía.

Asimismo, el doctor García Pavía añade que "los pacientes con alteraciones genéticas en genes sarcoméricos o aquellos cuyos corazones presentaban algo de fibrosis en la resonancia magnética tenían más riesgo de desarrollar la cardiopatía". Para la cardióloga del Hospital Puerta de Hierro y primera firmante del trabajo, la doctora Eva Cabrera, "los resultados permitirán ofrecer un seguimiento más personalizado a los portadores genéticos sin señales de la enfermedad".

Hasta ahora, el seguimiento de los pacientes portadores era el mismo: revisiones anuales o bianuales. "Ahora podremos individualizar las visitas de seguimiento. Por ejemplo, espaciándolas para aquellos pacientes sin parámetros de riesgo y, en cambio, acortándolas para aquellos que muestren signos de mayor riesgo", apunta la doctora Cabrera.

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