MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Investigadores del H. Lee Moffitt Cancer Center & Research Institute (Estados Unidos) han demostrado que la administración oral de L-fucosa desencadena potentes respuestas inmunitarias antitumorales que suprimen los tumores y potencian las inmunoterapias.
Las inmunoterapias han mejorado los resultados de muchos pacientes con cáncer, incluido el melanoma. Pero estas terapias sólo funcionan en un subconjunto de pacientes. Numerosos estudios están tratando de mejorar las respuestas, incluidas las investigaciones centradas en potenciar los linfocitos infiltrantes de tumores (TIL).
Los linfocitos TIL son células inmunitarias presentes en los tumores que pueden reconocer y atacar a las células cancerosas, pero a menudo no hay suficientes o no son capaces de generar una respuesta lo bastante fuerte como para suprimir de forma duradera el crecimiento y la propagación del tumor.
En este estudio, publicado en la revista científica 'Nature Cancer', los investigadores han identificado una forma relativamente natural de aumentar el número y la actividad antitumoral de los TIL. El equipo ha evidenciado cómo la L-fucosa, un azúcar vegetal dietético no tóxico enriquecido en algas rojas y pardas, puede aumentar los TIL, promover la inmunidad antitumoral y mejorar la eficacia de la inmunoterapia.
La molécula de azúcar L-fucosa, aunque se encuentra en los alimentos, también puede producirse en nuestras propias células mediante la descomposición y conversión de otras moléculas. Es importante para los procesos inmunitarios y de desarrollo, y las anomalías en la síntesis y el uso de la L-fucosa están asociadas a enfermedades como el cáncer.
"Los niveles generales de L-fucosa en las células del melanoma disminuyen y la forma en que las células utilizan la L-fucosa cambia durante la progresión. Sin embargo, hemos descubierto que aumentar los niveles de L-fucosa mediante suplementos dietéticos puede suprimir tumores, aumentar notablemente los TIL y mejorar la eficacia de algunas inmunoterapias en nuestros modelos animales. En los seres humanos, los niveles más altos de L-fucosa en los melanomas se asocian con una enfermedad menos agresiva y mejores respuestas al tratamiento", ha comentado Eric Lau, autor principal del estudio y miembro adjunto del Departamento de Biología Tumoral de Moffitt.
El equipo de investigación quería determinar los mecanismos subyacentes a la forma en que la L-fucosa parecía aumentar los TIL y desencadenar su actividad antitumoral. Durante casi siete años, llevaron a cabo una serie de experimentos de laboratorio y demostraron por primera vez que la L-fucosa puede regular las interacciones entre las células CD4+T, un tipo de TIL, y las células de melanoma.
En experimentos con ratones, descubrieron que la administración de L-fucosa oral aumentaba los niveles de L-fucosa en las células tumorales, reducía el crecimiento del tumor y aumentaba los niveles totales de TIL.
Sus estudios descubrieron que, de los muchos tipos de células inmunitarias que componen los TIL, las células CD4+T desempeñan un papel crucial en la mediación del aumento de TIL que suprimen los melanomas durante el tratamiento con L-fucosa. Los investigadores identificaron los mecanismos moleculares clave que contribuyen a la actividad antitumoral de las células CD4+T mediada por la L-fucosa.
"Cuando uno piensa en azúcar, a menudo piensa en glucosa o sacarosa, azúcares de mesa comunes que nuestras células utilizan como fuente de energía. A diferencia de esos azúcares, la L-fucosa no es utilizada por nuestras células como fuente de energía, sino para decorar proteínas y ajustar su comportamiento y actividad. Hemos descubierto que la adición de L-fucosa a la proteína HLA-DRB1 hace que se localice en la superficie de las células del melanoma, lo que desencadena la actividad inmunitaria antitumoral mediada por células CD4+T", ha explicado Lau.
Además de decorar las proteínas de las células tumorales, el equipo de Lau también descubrió que la L-fucosa altera la biología y el comportamiento de las células CD4+T y otras células inmunitarias, lo que sugiere que este azúcar podría utilizarse para modular la función inmunitaria.
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones en el uso de la L-fucosa para mejorar las inmunoterapias que se emplean actualmente para tratar a los pacientes con cáncer. "Así que llevamos nuestro trabajo un paso más allá y descubrimos que la L-fucosa oral también potencia la actividad de los fármacos inmunoterápicos en algunos de nuestros modelos de melanoma", ha esgrimido.
A continuación, los investigadores analizaron los tumores de tres grupos independientes de pacientes de tres centros oncológicos para evaluar si los niveles de L-fucosa y HLA-DRB1 decorado con L-fucosa podrían reflejar la capacidad de respuesta de los pacientes al agente inmunoterapéutico anti-PD1.
Descubrieron que los pacientes que respondían bien a la terapia anti-PD1 tendían a tener niveles más altos de ambos en sus tumores, lo que sugiere que pueden ser útiles como biomarcadores potenciales para predecir la capacidad de respuesta a la inmunoterapia.
"Nuestros hallazgos identifican y delinean un mecanismo molecular por el que la L-fucosa regula una importante interfaz entre el melanoma y las células inmunitarias. Este mecanismo puede aprovecharse terapéuticamente con una simple alimentación de L-fucosa, lo que sugiere una posibilidad provocativa y casi contraintuitiva: utilizar el azúcar para combatir el cáncer", ha afirmado Lau.
De cara al futuro, Lau y su equipo esperan trasladar sus hallazgos preclínicos para ayudar más directamente a los pacientes y determinar en qué medida la L-fucosa puede potenciar las inmunoterapias, empezando por un pequeño ensayo clínico con pacientes de melanoma.