MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Los casos de dermatitis atópica (DA) en niños han aumentado un 20 por ciento en las últimas tres décadas, según ha comentado la alergóloga pediátrica en el Hospital Ruber Internacional (Madrid) y fundadora del 'Proyecto ALPEDIA' especializado en el diagnóstico y tratamiento de la alergia alimentaria infantil, Celia Pinto Fernández.
Se trata de un proceso inflamatorio de la piel caracterizado por intenso prurito y piel seca, que presenta una evolución crónica y cursa en forma de brotes. Se puede presentar en personas de todas las edades, pero es mucho más frecuente en niños y, de hecho, es la enfermedad crónica de la piel más frecuente de la infancia.
"El aumento de casos es multifactorial. Entre las posibles causas, podemos destacar la exposición ambiental alergénica, así como los factores psicosociales que han modificado nuestro estilo de vida (aumento de la edad materna, aumento de partos por cesárea, cambio en la alimentación) y la alteración de la microbiota o disbiosis secundaria a todos estos factores, ya que la microbiota participa activamente en la educación del sistema inmunológico", ha argumentado la doctora.
En los niños atópicos (predispuestos a desarrollar patologías alérgicas), la DA puede actuar como vía de sensibilización primaria tanto de alérgenos alimentarios (leche, huevo, frutos secos, etc.) como ambientales (ácaros del polvo doméstico).
Asimismo, en los casos de alergia alimentaria, su manejo de forma proactiva se presenta como una alternativa terapéutica moderna frente al enfoque tradicional o conservador basado en la evitación o dieta exenta de los alimentos.
"Este abordaje promueve la introducción precoz de los alimentos en el lactante aprovechando el periodo ventana de tolerancia o de oportunidad, la realización de tratamientos inmunoterápicos con alimentos de forma precoz en las alergias alimentarias mediadas por IgE y el uso de prebióticos y probióticos para restaurar la microbiota intestinal en el niño alérgico que no puede ser alimentado con lactancia materna", ha dicho la doctora.
En este sentido, prosigue, muchos niños toleran y comen los alimentos a los que están sensibilizados, por lo que en estos últimos "no estará indicado" retirar ningún alimento de la dieta, a no ser que exista una alta sospecha de exacerbación de la dermatitis en relación con la ingesta de alguno de ellos, y los brotes sean de intensidad moderada y grave.
"Se debe ser muy cauto a la hora de decidir retirar la leche en los casos en que se confirme sensibilización a las proteínas de la leche de vaca, realizando siempre una prueba de exclusión-provocación durante un período de 1 a 2 semanas para confirmar la sospecha clínica, siendo importante en aquellos en los que se confirme, su reintroducción en cuanto sea posible, según la respuesta y evolución del niño, con el fin de evitar que deje de tolerarla", ha argumentado.
En el día a día de los equipos de alergología pediátrica que manejan la alergia de forma activa, el uso de probióticos o simbióticos durante los tratamientos de ITO (tratamientos inmunoterápicos orales) ha resultado "beneficiosa" en muchos de los pacientes, de manera que la administración de una fórmula extensamente hidrolizada (FEH) suplementada con simbióticos tanto antes, como durante el proceso de ITO con leche de vaca, podría actuar de forma sinérgica en el proceso.