MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
En la próxima década uno de cada tres niños europeos será alérgico a algún alimento, afectando actualmente la alergia alimentaria a más de 17 millones de menores, según ha informado la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Alergia.
En España, los alergólogos estiman que cerca de dos millones de personas son alérgicas a alimentos. Por este motivo, SEAIC se ha sumado a la campaña 'El problema global de la alergia alimentaria', impulsada por la Organización Mundial de la Alergia, para dar a conocer este grave problema de salud pública.
Para ello, va a compartir vídeos y material formativo e informativo en sus redes sociales. "Con los vídeos mostramos cómo se sienten las personas que sufren alergia y sus familiares y de qué manera afecta a su calidad de vida", ha explicado la presidenta del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC, Mónica Antón, para reconocer que, "afortunadamente", cada vez se toman más medidas para evitar exposiciones de riesgo tanto en restaurantes, como en colegios y en la industria alimentaria, pero no debemos bajar la guardia.
Los principales causantes de las alergias alimentarias entre los adultos son los frutos secos, fruta y marisco, mientras que leche, huevo y pescado son los alimentos que crean más problemas entre los niños. En este punto, la experta ha comentado que los avances en el tratamiento han logrado altos índices de superación de esta patología, sobre todo para leche y huevo en niños a partir de cinco años.
"Es cierto que existe un mayor conocimiento sobre las alergias y se diagnostican mejor, algo que saca a la luz más casos, pero el aumento es demasiado llamativo para justificarlo solo con este hecho. Las teorías para explicar este incremento difieren, pero las ideas que se repiten son el estilo de vida y la influencia genética. Aunque los cambios se han producido en poco tiempo y los genes no van tan rápido. La dieta también desempeña un papel importante: comemos más alimentos procesados y grasas saturadas de origen animal, y menos frutas y verduras. Todo ello perjudica a la microbiota o flora intestinal de nuestro intestino", ha zanjado la experta.