Redacción. Valencia
El Hospital Clínico Universitario de Valencia ha llevado a cabo una intervención en la que ha colocado un estimulador en la superficie del cerebro para tratar el dolor neuropático crónico y generalizado que ningún tratamiento convencional logra paliar, según ha informado la Generalitat.
González Darder. |
El jefe del servicio de Neurocirugía, González Darder, ha precisado que la intervención forma parte de su línea de trabajo de tratamiento quirúrgico del dolor en la que “los pacientes que se someten a estas cirugías son pacientes muy seleccionados que padecen enfermedades en las que persiste un dolor neuropático o central y que ha sido imposible de tratar con otros métodos farmacológicos o de estimulación medular”, ha dicho.
En esta línea, Darder ha explicado que este tipo de intervenciones se hacen en los casos conocidos como “dolor intratable por otros medios” con pacientes que han de cumplir con unos estrictos criterios de selección.
La intervención consiste en implantar un estimulador en la superficie del cerebro que a través de unos electrodos colocados en unos puntos exactos consiguen aplacar el dolor mediante estímulos eléctricos adecuados. El electrodo se conecta a un generador debajo de la piel del paciente y seguidamente se programa para su funcionamiento automático o a demanda del paciente.
El jefe del servicio de Neurocirugía ha subrayado que "la colaboración con neurofisiología es clave, ya que hay que localizar con precisión el área cerebral donde se aplica el electrodo", ha puntualizado.
“Hay que tener en cuenta que hay que determinar con seguridad el punto exacto dónde colocar los electrodos, es decir, conocer las zonas donde va a ser más efectivo estimular para controlar el dolor. Para ello se hace uso de una tecnología de neuronavegación que nos permite seleccionar el lugar exacto de colocación del electrodo, que se confirma con la neurofisiología”, ha explicado.
El estimulador funciona haciendo pasar una corriente eléctrica en la superficie del cerebro que inhibe la llegada de los impulsos nerviosos dolorosos, con lo que el paciente deja de tener dolor o logra disminuir su intensidad. Según el médico “es como si engañáramos al cerebro del paciente con la señal artificial generada por el estimulador” y ha recalcado que es “muy importante” el seguimiento del paciente “para eventuales reprogramaciones y reducción de la medicación que recibe en este momento”.