David Abejón, jefe de Unidad de Dolor de Quirónsalud y uno de los directores del 'Curso hands on sobre cadáver de intervencionismo en dolor'.
El
Dolor no es una especialidad médica y, mientras no sea considerada como tal, su tratamiento es
multidisciplinar. Es uno de los motivos por los que nació el 'Curso hands on sobre cadáver de intervencionismo en dolor', dirigido por
David Abejón, jefe de la Unidad de Dolor de Quirónsalud, y Francisco Gómez Armenta, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital San Juan de Dios de Córdoba y director de la Unidad del Dolor del Hospital Virgen del Puerto de Cádiz. Esta formación ha celebrado este año su
octava edición y se ha impartido del 3 al 5 de junio en la Universidad Francisco de Vitoria.
David Abejón, jefe de la Unidad de Dolor de Quirónsalud.
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"En este curso intentamos que el
tratamiento del dolor tenga un enfoque de varias especialidades. Habitualmente, lo llevaba anestesia y, en algunos casos, Neurocirugía. Nosotros aquí tenemos
rehabilitadores, reumatólogos, médicos de Familia... El dolor no es una especialidad médica, es de quien lo trata", afirma Abejón. Concretamente,
uno de cada cinco españoles sufre dolor crónico y, de ellos, tres de cada diez no responden adecuadamente a las
terapias farmacológicas y requieren de técnicas intervencionistas.
De esta forma, los alumnos profundizan en la
anatomía y la fisiopatología que interactúan en el dolor a través de los últimos avances. Tal y como indica el experto, las técnicas han "evolucionado muchísimo" y conocerlas pueden ayudar a
tratar a los pacientes. En este sentido, el curso se ha dividido en
12 estaciones de ecografía, fluoroscopia, disección anatómica y técnicas quirúrgicas. La práctica es fundamental en esta enseñanza y, por esta razón, los alumnos se han dividido en grupos de 5 o 6 para poder manejar todas las técnicas destinadas al tratamiento del dolor como el
uso de radiofrecuencia fría y el implante de nervio occipital, las novedades de este año.
Asimismo, los responsables del curso destacan el nivel del profesorado, "formado por expertos en dolor de
hospitales y universidades" que se encargan de explicar las diferentes partes del cuerpo.
Aplicación de las técnicas intervencionistas del dolor
En total, se han inscrito 50 profesionales al curso y 30 al precurso que se ha llevado a cabo en el Centro de Simulación Quirúrgica de la Facultad de Medicina
Universidad Francisco de Vitoria. Un espacio idóneo para estos aprendizajes, según destaca Abejón, porque los cadáveres están conservados de tal manera que mantienen la
textura, plasticidad y flexibilidad necesarias para que los especialistas puedan entrenarse en este tipo de procedimientos.
"Nosotros tenemos que
ensayar la técnica que luego vamos a hacer en un paciente vivo. En esta universidad son muy cuidadosos con la
conservación de los cadáveres, lo que nos permite intervenir como si fuera una persona viva", concreta. En esta misma línea, Abejón muestra su entusiasmo con los médicos jóvenes que se inscriben en este curso
hands on. "Vienen
nuevas generaciones y hace ilusión", manifiesta.
Carlos Fuentes Uliaque, neurocirujano del Hospital Miguel Servet (Zaragoza), no se ha querido perder esta formación. Las
referencias profesionales de Abejón y Gómez Armenta, el programa y el tratamiento del cadáver en un periodo de tiempo corto hicieron que se decantara por apuntarse.
Carlos Fuentes Uliaque, neurocirujano del Hospital Miguel Servet (Zaragoza) y alumno del curso.
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"Aquí también podemos
intercambiar opiniones y experiencias con otros compañeros y esto nos aporta mucho profesionalmente", comenta Fuentes. De hecho, añade que todas estas técnicas y conocimientos se los lleva al centro hospitalario donde trabaja. "Puedo aplicar todo lo aprendido, por ejemplo, el
manejo del ecógrafo o las técnicas radioguiadas en el quirófano", especifica.
Conocimiento multicultural del tratamiento del dolor
Juan Pablo Otálvaro, anestesiólogo del Instituto Colombiano del Dolor (Incodol) de Medellín.
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Algunos de estos alumnos después se convertirán en maestros. De hecho, es lo que le ocurrió a
Juan Pablo Otálvaro, anestesiólogo del Instituto Colombiano del Dolor (Incodol) de Medellín, que tras tres años aprendiendo en este curso ha pasado a formar parte del profesorado. Concretamente, se encuentra en la parte de lumbar con técnicas como el
discogel.
"Ha sido una gran evolución para mí. Creo que este curso es muy importante porque tiene desde las
modalidades más básicas de intervencionismo y manejo del dolor crónico hasta las técnicas avanzadas.
Lo más novedoso siempre está incluido en el programa", considera.
Otro aspecto que destaca como "un valor agregado" es la
retroalimentación de los compañeros de Colombia. "Así tenemos un
conocimiento multicultural con el fin de acercarnos al mejor manejo de nuestros pacientes", concluye.
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