El presidente de la Funseco denuncia listas de espera de hasta 5 años para la intervención

"La cirugía bariátrica en obesidad grave es una herramienta desaprovechada"
El presidente de la Funseco, Juan Carlos Ruiz Adana.


31 may. 2019 9:00H
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Ofrece buenos resultados, es segura e incluso resulta coste-efectiva. Y sin embargo, la cirugía bariátrica en casos de obesidad grave no tiene en España el calado que los especialistas consideran necesario. Para analizar la realidad de esta técnica, Redacción Médica ha entrevistado a Juan Carlos Ruiz de Adana, presidente de la Fundación de la Cirugía de la Obesidad (Funseco), que considera esta opción como “la única” en los casos más avanzados de obesidad a la vez que lamenta que en nuestro país solo un 5 por ciento de candidatos potenciales a esta intervención termine sometiéndose a ella.

“Estamos ante una pandemia, y España está en la ‘primera línea’ de los países europeos”, ha destacado el especialista, que ha defendido un abordaje compuesto por una primera fase de prevención y otra de tratamiento cuando el problema no se ha podido evitar. “Tenemos que evitar que esa obesidad, una vez se ha producido, no provoque que el paciente en cuestión debute con otras enfermedades como diabetes e hipertensión”, ha añadido. Es en este punto, concretamente en casos donde el resto de opciones terapéuticas (nutrición, actividad física y tratamiento farmacológico) han fracasado, cuando la cirugía se postula como el paso correcto.


La lista de espera media para estas intervenciones se sitúa en 400 días, pero en algunas CCAA supera los cinco años


A día de hoy, en España se realizan unas 7.000 cirugías bariátricas al año. Esta cifra, muy alejada de las 60.000 que se han llegado a hacer en Francia, pone de manifiesto el escaso peso de esta intervención en el abordaje de la enfermedad. “La media de lista de espera está en 400 días, pero en algunos centros y comunidades autónomas puede llegar hasta los cinco años”, lamenta Ruiz de Adana, que apunta a su “muy limitada accesibilidad”. “Solo se lo podemos ofrecer al 5 por ciento de pacientes que podrían necesitarla, lo cual resulta desproporcionado tratándose de una patología como esta, que conlleva una serie de comorbilidades y situaciones complejas a nivel médico, orgánico y social”.

A la pregunta sobre si estamos ante una buena opción terapéutica en casos de obesidad grave, el presidente de la SECO apunta que la cirugía bariátrica es “la única” efectiva y la más comprometida con la sostenibilidad del sistema a medio y largo plazo. En este sentido, Ruiz de Adana reconoce que la terapia “tiene un coste directo alto” que estima en torno a los 9.000 euros que, no obstante, se ven amortizados en un periodo de entre cinco y seis años gracias a los efectos adversos que evita: “Es una herramienta que no se aprovecha y carece de la accesibilidad que merece en casos de obesidad mórbida; se debe priorizar”.


Seguridad y conocimiento


Uno de los aspectos que los especialistas consideran más importante de cara a la promoción de estas técnicas es el de la seguridad. En ese sentido, desde la SECO “estamos trabajando para que la cirugía bariátrica ofrezca unas cifras de complicación postoperatoria similares o incluso más bajas que la de una apendicitis”, ha indicado su presidente antes de destacar que “en España se realiza con unos niveles de seguridad altísimos, a la altura de los mejores países de Europa en este campo, pero con un grado de accesibilidad y un número de intervenciones mucho menor”.

Entre las barreras para que esta operación se convierta en opción terapéutica dominante está también la falta de conocimiento, que afecta tanto a pacientes como a médicos. Tanto es así, que “la Atención Primaria es, a veces, una de las primeras barreras que tienen los pacientes para acceder a la cirugía bariátrica”, apunta Ruiz de Adana. “Hay que reconocer la labor inmensa que realizan estos profesionales a pesar de las escasez de recursos que tienen”, aclara el dirigente de la sociedad, que ha apostado por la puesta en marcha de un plan de formación profesional para médicos de Primaria con el objetivo de que “sepan cuándo este tipo de pacientes pueden encontrar soluciones que vayan más allá del tratamiento dietético y la actividad física”. “En ocasiones resulta difícil que un médico de Atención Primaria derive a la especializada si no sabe las opciones, los buenos resultados y la seguridad que se puede ofrecer a los pacientes”, concluye.
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