Redacción. Madrid
El sector servicios ha registrado en 2013 el mayor aumento de autónomos, gracias al crecimiento observado en educación, sanidad y servicios sociales, subsectores que han absorbido más del 40 por ciento del incremento total de trabajadores por cuenta propia.
Sanidad y Servicios Sociales experimentó el segundo mayor crecimiento, del 6,6 por ciento, con 5.515 nuevos autónomos en el sector hasta totalizar 89.667. Solo ha sido superado por la Educación, el sector donde más han aumentado los autónomos durante el año pasado, registrando un incremento en tasa anual del 7,6 por ciento, con 4.937 autónomos más hasta alcanzar un total de 69.623.
Por comunidades autónomas, los mayores incrementos en Sanidad y Servicios Sociales se han producido en Extremadura, 177 (11,1 por ciento); Navarra, 87 (8,7 por ciento); Canarias, 303 (8,4 por ciento); Andalucía, 1.162 (8,3 por ciento); Castilla La Mancha, 203 (7,9 por ciento), y Castilla y León, 312 (7,9 por ciento).
El crecimiento registrado en el sector servicios, sobre todo vinculado a servicios públicos, contrasta con el descenso en Agricultura, Industria y Construcción, y hace posible que el número de autónomos haya crecido en España a una tasa interanual del 0,85%, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Para María José Landaburu, secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae), “estos incrementos no tienen lógica económica de mercado y, más bien, son consecuencia de la política de recortes y privatizaciones impulsada y realizada por el Gobierno, que empuja a los sanitarios, educadores y trabajadores de servicios sociales a intentar una actividad por cuenta propia ante la falta de perspectivas de contratación en el ámbito del sector público”.
Según Landaburu, “las actividades de sanidad, servicios sociales y educación han perdido mucho empleo asalariado en los últimos años y muchos de ellos, junto con los jóvenes que acceden al mercado de trabajo, ven en el autoempleo la única forma para poder realizar una actividad económica”.
Para ella, “el problema es que sin aumentar la demanda es muy probable que no haya mercado para todos, los que ya estaban y los nuevos, existiendo dificultades para su consolidación, a lo que hay que añadir las dificultades de financiación que se mantienen en España, con caídas permanentes del crédito a autónomos y empresas”.