Los especialistas se han reunido en la segunda edición del ARC, programa de actualización científica diseñado por Luzán

Riesgo cardiovascular: "Hay avances que no se trasladan a la práctica"
Segunda edición del Annual Review of Congresses on Cardiovascular Risk (ARC RCV).


23 feb. 2021 20:10H
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La segunda edición del Annual Review of Congresses on Cardiovascular Risk (ARC RCV) ha culminado con el anuncio de importantes avances en el abordaje de los pacientes con riesgo cardiovascular. Según Esteban Jódar, coordinador del encuentro, “en este último año hemos asistido a la publicación de estudios que van a suponer cambios significativos en la práctica clínica, tanto en lo que se refiere al tratamiento de la insuficiencia cardiaca (IC), como al control de la diabetes, el control lipídico y el uso de anticoagulantes”, los cuatro problemas de salud que centraron el programa del congreso.

A pesar de los avances que se han producido en los últimos cinco años en materia de prevención y tratamiento, el riesgo cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en sociedades occidentales como la nuestra. Para Jódar es “clave” abordar estas afecciones y, por ello, muestra su preocupación por el hecho de que haya avances que no se estén trasladando a la práctica clínica. En este sentido, apunta a que “hay terapias como los inhibidores de SGLT-2, los anticoagulantes directos, los inhibidores de PCSK-9 o los agonistas de receptor de GLP-1, cuyo uso no está suficientemente extendido en las consultas”. 


Prevención y control de la insuficiencia cardio-renal


La importancia de “optimizar el tratamiento” de la insuficiencia cardiaca (FEVI deprimida) y la insuficiencia renal ha sido uno de los principales reclamos del panel de expertos durante el evento. El problema que presentan estas dos patologías es que coexisten con frecuencia y que, además tienen mal pronóstico. En este sentido, Juan Cosín, jefe de servicio de Cardiología del Hospital Arnau de Vilanova (Valencia), ha explicado que la mortalidad llega a alcanzar cifras de hasta el 29 por ciento tras ingreso por IC aguda.

Por este motivo, el experto celebra que 2020 haya sido “un año de grandes novedades” al haberse desarrollado nuevos fármacos como Omemcamtiv, Vericiguat o Finerenona y haberse confirmado el beneficio de los iSGLT2, que se utilizaban ya con otras indicaciones y que ahora se han convertido en “parte esencial” del tratamiento en pacientes con insuficiencia cardiaca y/o daño renal crónico.


Anticoagulación y riesgo cardiovascular


El pasado ejercicio también fue un año de “grandes lecciones” en anticoagulación, tal y como ha subrayado José María Fernandez, especialista del área de servicio de Medicina Interna del Hospital Carmen y Severo Ochoa (Asturias) y moderador de la mesa sobre anticoagulación.

Una de las grandes novedades del 2020 fue la publicación de la Guía de la Sociedad Europea de Cardiología sobre el manejo de la fibrilación auricular, que actualiza las previas de 2016 marcando “un camino exhaustivo sobre cómo y cuánto tratar a las personas con esta patología”. Además, el documento marca un cambio de estrategia “CC to ABC” para poner al paciente en el centro.

No en vano, ha señalado como una de las mayores novedades que se presentó el pasado año “la superioridad de los anticoagulantes de acción directa por delante de los Antivitamina K tanto en eficacia como en seguridad” en el manejo de pacientes diabéticos con fibrilación auricular, y en pacientes con insuficiencia cardiaca y fibrilación auricular.


Retos del control lipídico


El principal desafío que se plantea en cuanto al control lipídico es mejorar el grado de control. Para Carlos Guijarro, especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Fundación Alcorcón en Madrid, el problema parte de que “no se está ofreciendo a los pacientes tratamientos eficaces que puedan reducir sus complicaciones cardiovasculares”.

En este contexto, ha explicado que el colesterol LDL sigue siendo la diana terapéutica de referencia, para la que se disponen de nuevas opciones de tratamiento hipolipemiante intenso como los inhibidores de PCSK-9, “cuya utilización debe dirigirse a los pacientes de muy alto riesgo cardiovascular”, ya que son quienes ahora mismo se sitúan más lejos de los objetivos terapéuticos y pueden obtener mayor beneficio clínico.

Sin embargo, apunta a que el mayor desafió del control lipídico es ir más allá del colesterol LDL y reconocer que las lipoproteínas ricas en triglicéridos son también una parte “muy relevante” en el condicionamiento del riesgo cardiovascular y que habrá que tener en consideración en los próximos años.

Por último, pone el foco en el factor temporal, al considerar que se debe utilizar el tratamiento intensivo en pacientes con alto riesgo cardiovascular pero también el tratamiento precoz en pacientes con riesgo moderado, algo que no recogen en este momento las guías de práctica clínica.


El desafío de la obesidad


En plena crisis sanitaria por el Covid-19, el comité científico del ARC RCV quiso también poner el foco en la diabesidad, “esa otra pandemia más silenciosa pero igualmente dañina”, tal y como la califica Javier Escalada, director del departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra.

El principal desafío para su manejo es su alta prevalencia, ya que tiene un papel relevante como desencadenante de la enfermedad cardiovascular. Para este experto el problema radica en “lidiar con pacientes complejos”, ya que padecen enfermedades crónicas que requieren de abordajes no sólo nutricionales, sino también farmacológicos, e incluso quirúrgicos.

Además, especialistas como Esteban Jódar critican que “una de las trabas que tenemos en España para tratar la obesidad es que no se considera una enfermedad lo suficientemente grave como para financiar fármacos eficaces con los que abordarla”. 
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