El IPC vinculado a la salud aumenta en abril a un ritmo del 2,1%, un índice inferior a la media nacional, del 3,4%

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, apunta a que los servicios hospitalarios y ambulatorios tiran de la inflación sanitaria.
Carlos Cuerpo, ministro de Economía.


14 may. 2024 9:20H
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El Índice de Precios de Consumo (IPC) vinculado a la sanidad avanzó en abril a un ritmo del 2,1 por ciento interanual impulsado, esencialmente, por los servicios ambulatorios y hospitalarios. Aunque en menor medida, el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja también un encarecimiento de los productos, aparatos y equipos médicos, lo que constata en nuevo aumento de la inflación en todos los sectores de salud. 

A lo largo del último año, el IPC sanitario armonizado ha avanzado a un ritmo constante cercano al 2 por ciento interanual. El índice se sitúa en los 108,35 puntos, lo que supone un aumento del 0,3 por ciento con respecto a marzo, según los últimos datos de inflación publicados por el INE.

La evolución del IPC ha sido ascendente en todos los sectores vinculados a la salud. El encarecimiento de los precios ha sido más pronunciado en los servicios hospitalarios y ambulatorios, que aumentan, respectivamente, un 2,5 y un 2,7 por ciento. En comparación al mes pasado, el avance es del 0,2 y el 0,3 por ciento.

En el caso de los productos, aparatos y equipos médicos, la inflación ha subido un 1,4 por ciento respecto al mismo periodo de 2023. O lo que es lo mismo, un 0,3 por ciento en comparación con marzo.

Evolución del IPC en España


El avance del IPC de sanidad, en cualquier caso, sigue siendo inferior al índice nacional armonizado, que asciende al 3,4 por ciento.

Los grupos que más destacaron por su influencia en el aumento de la tasa anual fueron la vivienda, cuya tasa anual aumentó en 2,5 puntos hasta el 4,0 por ciento (este comportamiento fue debido a la subida de los precios del gas y, en menor medida, menor caída de la electricidad); y los alimentos y bebidas no alcohólicas, que situó su índice en el 4,7 por ciento. Es decir, cuatro décimas por encima de la del mes pasado. Dicha subida es consecuencia del encarecimiento de las frutas y de las legumbres y hortalizas.

En el lado opuesto se encuentran, por un lado, el ocio y la cultura (con una tasa anual del 2,2%, 1,6 puntos por debajo de la del mes anterior) y los hoteles, cafés y restaurantes, con un índice del 4,8 por ciento (ocho décimas inferir). Este fenómeno se debe a que los precios de los servicios de alojamiento subieron menos que en el mismo mes de 2023.

Por su parte, la tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) disminuyó cuatro décimas, hasta el 2,9%. Es la tasa más baja desde enero de 2022.
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