En los últimos días, España se ha enfrentado a un aumento de los casos de
legionela. Este miércoles, el Servicio Extremeño de Salud confirmaba la
muerte de un hombre de 86 años debido a un
brote de esta enfermedad en
Cáceres, lo que ha generado
preocupación en diversas comunidades, pero ¿Se trata de una emergencia sanitaria? Para
Rafael Ortí, inmunólogo y presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (Sempspgs), la legionela no supone ninguna emergencia y descarta que se trate de una enfermedad a la que “tener miedo”, aunque “no hay que bajar la guardia en la aplicación de
medidas preventivas”.
Tal y como ha explicado el
inmunólogo a
Redacción Médica,
el aumento de casos de esta enfermedad puede deberse al calentamiento de las aguas frías. “La legionela crece muy bien en aguas de entre 20, 25 y 45 grados”, explica. “Lo que ha ocurrido este verano, que ya sucedió el verano pasado, es que
el agua fría está muy caliente por las propias conducciones de agua que tenemos en las fuentes o en cualquier lugar donde puedan producirse aerosoles”, comenta.
Por este motivo, para el experto, es esencial tomar
precauciones en todos los ámbitos relacionados para “evitar que esos aerosoles le lleguen a la gente que circula por las calles”. A pesar de esto, considera que las normativas en España “son bastante aceptables, sobre todo después de la última reforma”.
Respecto a la
fuente de contagio, Ortí afirma que “puede ser muy diversa” por las peculiaridades de cada caso. “Los servicios de epidemiología de cada comunidad autónoma o de cada área de salud pública son responsables de tomar muestras de temperatura de los diferentes parámetros de calidad del agua allá donde sospeche”, detalla.
Claves para frenar la propagación
La clave a la hora de
frenar la propagación de este tipo de enfermedades, según explica Ortí, es “
identificar el foco de contagio”, que podría ser una
fuente ornamental que se encuentre expulsando agua. En ese caso, las personas que se encuentren a unos 100 o 150 metros de distancia de ella podrían estar expuestas al contagio de esta enfermedad, al respirar partículas de agua contaminadas.
El foco también se podría encontrar en un
edificio, que podría ser un hotel, un centro sanitario o una residencia. Es estos últimos es donde se producen casos más frecuentes, ya que la gente que reside en ellos podría estar más debilitada.
"Lo primero es detectar el foco para conocer las causas y, después, aplicar las medidas preventivas"
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En el momento en el que se identifica el foco de contagio, el segundo paso es observar
cuál es el agua que está afectada, si se trata del agua
fría, o del
caliente. Las medidas a aplicar pasarán por un “
tratamiento de choque” tal y como relata Ortí. “Puede ser un choque térmico o subir la temperatura más de 50 grados, ya que sabemos que a partir de los 70 grados erradicamos la legionela en todas sus formas”.
“En el caso del agua fría, lo que se suele utilizar es la
cloración. Se puede hacer un tratamiento de choque o con cloro para evitar que haya bacterias en su interior”, aclara."También puede producirse en situaciones en las que el foco pudiera estar un poco
descuidado. Ahí necesitaremos hacer una limpieza o un cambio de grifería".
“Lo primero es siempre detectar el foco para conocer las causas y, después, aplicar las
medidas preventivas necesarias basadas en ese conocimiento o en esa evidencia del problema”, expresa.
¿Es la legionela una enfermedad reemergente?
A pesar de que los casos visibles de legionela se tratan de cuadros graves, como neumonías, según Ortí,
la mayoría de los casos que se presentan son
leves, con síntomas "pseudogripales". “Es como un pequeño resfriado”, comenta.
“Con frecuencia pasan desapercibidos muchos casos de los que no nos enteramos. Los cuadros más graves, que pueden llegar a ser letales, se producen principalmente cuando hay una exposición muy grave, muy importante, o que afecta a personas con
alteración de la inmunidad o que tienen una patología de base, ya están con quimioterapia o tienen inmunosupresores, etc.”, aclara.
Según su criterio, el experto afirma que
no estamos ante una “enfermedad reemergente”, ya que “aparece todos los años por estas fechas”, señala. “Es difícil demostrar si este año ha habido más casos, porque a lo mejor otros años ha habido casos de los que no nos hemos enterado al tener
síntomas más leves”.
En este sentido, considera que las acciones que se están realizando por parte del Gobierno para el control de esta enfermedad son considerables. “Se hace un
gran esfuerzo para mejorar los sistemas de vigilancia epidemiológica, tanto desde la enfermedad como desde el aumento de la capacidad de diagnóstico y entre la
comunicación de casos entre las diferentes comunidades autónomas”.
Además de esto, Ortí considera esencial reconocer el trabajo realizado por los
servicios de medioambiente para la detección de casos de mosquitos y su posible relación con los casos autóctonos de enfermedades que aparecen en nuestro país.
Por este motivo, no califica la legionela como una enfermedad alarmante para la sociedad española, aunque insiste en mantener las
medidas preventivas para no descuidar las fuentes ornamentales ni los lugares de abastecimiento de agua de los edificios. “Debemos asegurarnos de que los servicios de Medicina Preventiva y Salud Pública funcionen, pero
no debemos coger miedo a esta enfermedad”.
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