Sanitarios franceses.
El personal sanitario y otros colectivos profesionales en contacto con personas vulnerables, como los mayores, deben estar
vacunados a partir de mañana en Francia para poder seguir trabajando, bajo la amenaza de que se les suspenda el empleo y el sueldo.
Esta obligación, anunciada el 12 de julio por el presidente, Emmanuel Macron, y adoptada por una ley aprobada de urgencia a comienzos de agosto,
ha acelerado en este tiempo el ritmo de vacunación entre esos colectivos en las últimas semanas, pero sigue planteando retos por los problemas de personal que puede suponer en ciertos centros.
La ley estipula que
desde el 15 de septiembre deben demostrar que han recibido al menos una primera dosis, y
tener la pauta completa para el 15 de octubre.
El Gobierno ha advertido de que habrá controles y se aplicarán las medidas de sanción, que son la
suspensión de empleo y sueldo. Únicamente se retrasarán si las personas concernidas se toman vacaciones o días libres hasta que demuestren haber sido vacunadas.
Según los datos oficiales actualizados en línea por la agencia pública de sanidad, hasta el 12 de septiembre
un 94,6 por ciento de los médicos habían recibido al menos una dosis y un 92 por ciento estaban completamente inmunizados.
En las residencias, los porcentajes entre el personal eran algo inferiores:
un 89,3 por ciento con una dosis y un 85,4 por ciento con las dos.
Además de los sanitarios y del personal de las residencias o de todo tipo de centros de salud, están sujetos a esta obligación los asistentes de personas con minusvalías o con enfermedades crónicas, el personal de transporte sanitario, los
bomberos o los trabajadores de protección civil, entre otros.
En el dispositivo presentado por Macron el 12 de julio, para acelerar el ritmo de vacunación se impuso desde comienzos de agosto el
certificado sanitario para muchos actos de la vida social, como ir a un estadio, al cine o incluso para tomar algo en un bar o en un restaurante.
Esa extensión del certificado sanitario, que demuestra haber finalizado la pauta de vacunación, haber superado la covid o tener un test negativo de menos de 72 horas, ha generado un
movimiento de protesta, con manifestaciones que cada sábado
sacan a la calle a decenas de miles de personas en todo el país desde hace nueve semanas.
Pero también ha tenido efecto sobre el ritmo de inmunización de la población general, de forma que
Francia es uno de los países con mayor porcentaje de población vacunada de Europa y el mundo.
Hasta este lunes, habían recibido al menos una dosis
49,69 millones de personas, lo que significa
un 73,7 por ciento de la población francesa, y un 69,4 por ciento tenían la pauta completa.
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