Redacción. Madrid
El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, ha anunciado la aprobación de una nueva ley de la función pública del Estado y un estatuto del directivo público, como parte de las reformas de la administración que impulsa el Gobierno.
Antonio Beteta. |
Durante unas jornadas sobre las administraciones públicas del sindicato CSI-F, Beteta ha apostado por "potenciar la figura de los empleados públicos" como pieza "importante" de la modernización y reforma de las administraciones. En este marco, el Ejecutivo elaborará una nueva ley de la función pública de la Administración General del Estado, con la que se pretende dar "el soporte jurídico definitivo a los funcionarios".
La norma recogerá instrumentos de ordenación de la función pública, la estructura de la carrera administrativa y mejoras en los procedimientos. "Será una ley ambiciosa, quizá un pelín revolucionaria", ha dicho Antonio Beteta. Además, se aprobará un estatuto del directivo público para llenar el "vacío legal que sitúa en un extraño limbo" a estos profesionales, "materia gris" de la administración pública, ha dicho el secretario de Estado.
Con esta normativa se diseñará el régimen jurídico aplicable a este "colectivo esencial", se precisará cuál es la vinculación de estos directivos y la administración, el proceso de selección, la evaluación "permanente" de su rendimiento. Beteta ha querido subrayar "la trascendencia de estas dos normas" dentro del "desafío" de "redefinir las administraciones públicas" y sus contenidos, ha agregado, podrán ser asumidos "en buena medida" por las comunidades autónomas.
El secretario de Estado ha asegurado que es el momento del "cambio" de la administración y ha advertido contra uno de los principales enemigos, a su juicio: "El miedo, miedo al cambio, a nosotros mismos, a la capacidad de reinventarnos, miedo a no ser capaces de salir adelante".