Raúl Díaz-Varela, vicepresidente ejecutivo del Grupo Indukern y presidente de Kern Pharma.
Para un país la producción propia de
tecnologías sanitarias, medicamentos y materiales de protección es una fortaleza, tal y como ha dejado en evidencia la crisis del coronavirus, que en España ha tenido una incidencia especialmente notable.
Kern Pharma es una empresa española que fabrica en nuestro país desde hace décadas. Su portafolio abarca la mayoría de áreas terapéuticas, y ha sido una de las compañías que ha respondido ante la llamada de socorro del
Sistema Nacional de Salud.
Su presidente,
Raúl Díaz-Varela, también aporta su experiencia a '
Lecciones del Covid-19', el documento impulsado por
Redacción Médica para que sirva de herramienta en la reformulación del sistema sanitario español para frenar nuevas situaciones similares a la sufrida.
¿Cuáles son los aciertos y errores que considera que se han cometido durante esta crisis?
Creo que la industria farmacéutica ha demostrado su responsabilidad como industria esencial en esta pandemia, garantizando el abastecimiento de medicamentos esenciales. En concreto, las compañías de genéricos con fábricas en España como Kern Pharma hemos demostrado ser cruciales ofreciendo una respuesta ágil y rápida ante esta situación, adaptando nuestros ritmos de producción para que no falten estos medicamentos. Por eso, creo que es justo que la industria salga reforzada de esta pandemia y se reconozca su labor. Evidentemente, siempre se comenten también errores y durante esta crisis seguramente por falta de previsión y retraso en la toma de ciertas decisiones, pero nadie habría sido capaz de dimensionar hace tres meses el impacto que iba a tener esta pandemia.
Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse ya de forma preventiva en cuanto a recursos humanos, recursos materiales, y gestión / organización?
Una de las principales lecciones de esta crisis es que se ha puesto en evidencia que no se puede depender tanto de terceros países y que las decisiones de compra no deberían basarse exclusivamente en el precio. La industria nacional ha hecho un esfuerzo sobrehumano para dar respuesta a esta situación y seguir abasteciendo a farmacias y hospitales y esta lección no deberíamos olvidarla. Necesitamos un sistema nacional de salud sólido, mejor equipado y con los recursos necesarios para afrontar posibles rebrotes o situaciones similares. Y esto solo se conseguirá si desde las administraciones se apoya a las compañías nacionales con plantas de producción propia, que han demostrado estar a la altura de las circunstancias.
¿Qué podría haber aportado la industria farmacéutica que no haya podido hacer por la premura en el estallido de la crisis?
Dadas las circunstancias, con una situación tan inédita, exigente y compleja creo que todos hemos hecho un enorme esfuerzo para gestionar la situación de la mejor manera posible. Ahora bien, sí es cierto que esta crisis nos tiene que hacer reflexionar sobre los desabastecimientos que ya se venían produciendo en algunos productos y que tenemos que atacar. No es una cuestión solamente de suministro, sino de umbrales mínimos de precio. Por eso, creo que no debemos dejar pasar esta oportunidad y seguir reivindicando el valor que aportan los medicamentos. No quiero ni pensar que hubiese pasado si, como en Andalucía durante muchos años, solo hubiese habido un proveedor por molécula y además de países muy lejanos.
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