Según el especialista, “hay multitud de enfermos mal anticoagulados que son potenciales candidatos para esta técnica”



28 jul. 2014 11:28H
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Redacción. Madrid
Los resultados del estudio PREVAIL revelan que la terapia de cierre de orejuela auricular izquierda proporciona una reducción a largo plazo del ictus, sin necesidad de terapia de anticoagulación oral, en pacientes con fibrilación auricular no valvular y alto riesgo de infarto cerebral. Redacción Médica ha hablado con Ignacio Cruz, médico de la Unidad de Cardiología del Hospital Universitario de Salamanca, sobre esta técnica.

¿Cuántos pacientes hay con fibrilación auricular no valvular?

Ignacio Cruz.

La fibrilación auricular es la arritmia más frecuente. El porcentaje total de la población afectada está en torno al 4,5 por ciento de la población mayor de 40 años. El riesgo aumenta con la edad, así que entre la población mayor de 80 años, la cifra de afectados asciende a más del 15 por ciento.

¿Cuáles son los tratamientos disponibles?

Uno de los riesgos más importantes de la fibrilación auricular es que se pueden formar trombos en el corazón. Si alguno de esos coágulos se desprende, puede llegar a la circulación general y causar un infarto cerebral. Lo que se hace es prevenir el riesgo de ictus con la administración de anticoagulantes.
 
Otro tratamiento disponible es el cierre de orejuela. Esta técnica se basa en que el 90 por ciento de los trombos en pacientes con fibrilación auricular no valvular se originan en una estructura cardiaca llamada orejuela. Si ocluimos esa orejuela, conseguimos prevenir que se formen los trombos. En la actualidad, esta técnica está indicada en pacientes que tienen un riesgo alto con los anticoagulantes. Así, podrían ser candidatos los pacientes que tienen un alto riesgo hemorrágico debido a los anticoagulantes o aquellos que no tienen un buen control de la anticoagulación.

¿Los pacientes correctamente anticoagulados también podrían beneficiarse de la técnica?

En principio, sí. Pero si el paciente no tiene ningún problema con los fármacos anticoagulantes, no sería necesario plantearse el cierre de la orejuela. Lo que pasa es que hay muchos pacientes anticoagulados con problemas.

También hay otro grupo muy importante de pacientes, más de la mitad de los pacientes mayores, que deberían estar anticoagulados y no lo están porque no tienen una buena adherencia al tratamiento o por problemas derivados de la anticoagulación.

¿Qué supone para el Sistema Nacional de Salud que los pacientes estén mal anticoagulados?

Tiene una gran repercusión. Las consecuencias de un ictus pueden ser transitorias o muy incapacitantes, con lo que eso supone de tiempo de ingreso hospitalario y costes.

En este sentido, ¿el cierre de la orejuela es una medida coste-eficaz?

Sí, ya hay estudios de coste-eficacia frente a los anticoagulantes clásicos. El coste que puede tener el procedimiento se asume solo un día; una vez que la orejuela está cerrada, el paciente no necesita volver a tomar anticoagulantes y el beneficio se mantiene a largo plazo sin tener un coste extra, mientras que el riesgo de un paciente que toma anticoagulantes se mantiene a lo largo del tiempo.

Recientemente se han presentado los resultados del estudio PREVAIL, ¿qué evidencia añaden a la terapia de cierre de orejuela?

Este estudio se ha hecho como consecuencia de uno anterior, el PROTECT AF, que demostró que el cierre de orejuela era no inferior en cuanto eficacia en la prevención de ictus con respecto al tratamiento con el anticoagulante oral warfarina, aunque no demostró ser no inferior en los eventos de seguridad fundamentalmente relacionados con el día en que se realizaba el implante. El estudio continuó y, tras un seguimiento de los pacientes de 45 meses, se vio que el cierre de orejuela era superior al tratamiento con anticoagulantes en prevención de eventos isquémicos y en mortalidad.

El estudio PREVAIL confirma esos datos de eficacia y de seguridad. Una de las conclusiones más importantes es que la tasa de complicaciones del procedimiento se ha reducido a la mitad con respecto al PROTECT AF, probablemente por la experiencia que se está ganando a la hora de hacer las intervenciones. Cuanta más experiencia tiene la gente que lo hace y mejor es el programa de entrenamiento que ofrecen las compañías que comercializan los dispositivos, menos complicaciones hay.

¿Qué edad media tienen los pacientes involucrados en el estudio?

Se incluyó a pacientes con más riesgo que en otros estudios, con una edad media de 74 años.

¿Los pacientes más jóvenes también se podrían beneficiar de esta técnica?

No es un tema de edad, sino que depende de la indicación y efectividad del tratamiento anticoagulante y del riesgo que cada paciente tenga con ese tratamiento. Hoy en día, el tratamiento de elección es la anticoagulación, pero todos sabemos que hay un porcentaje altísimo de pacientes que, o no la toman o que tomándola tienen problemas. En este sentido, hay multitud de enfermos que son potenciales candidatos a beneficiarse de esta técnica, independientemente de su edad.
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