El investigador del CSIC Vicente Larraga, en su laboratorio del CIB-CSIC.
El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Vicente Larraga, suma su perspectiva a '
Lecciones del Covid-19', el documento impulsado por
Redacción Médica con recomendaciones de las principales voces del sector para reformular el Sistema Nacional de Salud.
El parasitólogo, que trabaja en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), ha logrado desarrollar
un candidato a vacuna que apunta su llegada a finales de 2022 y que cuenta con d
os características diferenciales que podrían ayudar a combatir el coronavirus en las zonas que actualmente tienen una tasa de vacunación más baja: la conservación a temperatura ambiente, algo que, de momento, no tiene ninguna de las vacunas que se están suministrando; y que, al ser una vacuna de ADN sintética, puede rehacerse rápidamente para adaptarla a variantes del virus que sean más resistentes.
¿Qué balance hace de la gestión de la pandemia del Covid-19?
La gestión general ha sido buena. En estos momentos estamos teniendo una ola nueva del covid, pero no está siendo en los niveles del resto de Europa. Y ya ni hablemos de aquellos países sin una vacunación razonable, con menos del 20 por ciento de la población protegida. Se han hecho los cálculos de que hubiera pasado sin confinamiento y hubiera muerto entre 400.000 y 500.000 personas. Esto no lo aguanta ningún país y afectaría al futuro del mismo. Ha habido errores, pero el cómputo global es muy positivo.
¿Cuáles cree usted que han sido los puntos más fuertes de la sanidad española a la hora de hacer frente a la pandemia?
La reacción de la comunidad científica ha sido muy buena. En general, la financiación del gobierno ha sido bastante buena también. Tenemos varios candidatos a vacuna. Algunos más acordes al patrón clásico a la producción de vacunas y que van primero, y otros que serán a largo plazo, pero que van a dar juego no solo para esta pandemia sino para otras enfermedades a lo largo de los próximos cuatro-cinco años.
¿Y los débiles?
El sistema de Atención Primaria no ha resistido la pandemia, el Hospitalario sí. No ha sido por culpa suya, pero es un sistema muy castigado, sobre todo en determinadas comunidades como Madrid, Valencia y Cataluña. No han puesto suficientes médicos, enfermeras o ayudantes para cubrir las bajas. Claramente, no ha resistido y se ha dejado de lado a muchas personas con enfermedades habituales y muchas han muerto por ello. En tres años veremos cuantos han sido.
¿Queda España preparada para afrontar una nueva pandemia de cara al futuro?
España está mejor preparada para una nueva pandemia. Por ejemplo, en el CSIC se ha establecido una línea estratégica para el desarrollo de fármacos y vacunas. Ya existía la base científica y por eso se ha podido crear un proyecto tan grande. Se están creando unidades en centros como el mío que se van a desarrollar en los próximos años y están preparados. Además, tendremos la mentalidad más preparada para este tipo de situaciones.
¿Qué aprendizaje personal le deja a usted la pandemia del Covid-19?
La pandemia ha puesto de manifiesto nuestras necesidades estructurales. El proceso de desindustrialización de España iniciado en los años 80 se ha visto claramente reflejado. El origen es claro, la codicia. Ahora se ha visto que hay cuestiones que no se deben ceder a otros países porque son estratégicas. Es una conclusión clave, hay que elegir unas industrias estratégicas que deben estar impulsadas por la innovación y el conocimiento y no se deben abandonar nunca.
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