La enfermedad cerebrovascular supone la segunda causa de muerte global y la primera en mujeres

Seram ensalza el papel del neurorradiólogo ante el manejo del ictus


29 oct. 2024 7:00H
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En el Día Mundial del Ictus, desde la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram) se quiere poner de manifiesto la importancia de la figura del neurorradiólogo como pieza clave en la emergencia asistencial y manejo del ictus.

Dicha enfermedad cerebrovascular supone la segunda causa de muerte global y es la primera en mujeres. Se estima que cada año se producen en España 120.000 nuevos casos de ictus, de los que fallecen 27.000 personas. Además, es la principal causa de discapacidad adquirida al provocar un daño cerebral con secuelas de movilidad, del habla o cognitivas que conlleva terribles consecuencias personales, familiares y sociales. Con estas cifras se estima una repercusión económica de los nuevos casos de ictus en España que supondría cada año 1.989 millones de euros.

“Si bien en los últimos años ha disminuido la mortalidad y la incidencia de ictus gracias a la prevención, detección precoz y mejora de la atención integral especializada, el aumento de la esperanza de vida y las previsiones de envejecimiento de la población hará que las cifras de afectados vuelvan a aumentar. Por ello, existe la necesidad de optimizar los planes estratégicos y la asignación de recursos para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes con ictus y así reducir el impacto de esta enfermedad” apunta el José Luis Díaz Valiño, neurorradiólogo de la SERAM y miembro de la Sociedad del Grupo Español de Neurorradiología Intervencionista (GENI).

El equipo multidisciplinar que atiende la emergencia del Código Ictus es un ejemplo paradigmático de la medicina colaborativa avanzada y está formada por: los servicios de emergencia extrahospitalarios, los servicios de urgencias, neurología, anestesia, UCI, neurocirugía y rehabilitación (en los cuales se encuadra la indispensable enfermería) y los neurorradiólogos.

La neurorradiología es la radiología enfocada en el sistema nervioso central -cerebro y médula- con una doble vertiente: por una parte, abarca el diagnóstico con la imagen de TC (tomografía computarizada) y RM (resonancia magnética) y, por otra parte, la terapéutica de patología isquémica (trombos y estenosis) y hemorrágica (aneurismas y malformaciones arteriovenosas) por medio de cateterismos vasculares. Ambas facetas son esenciales en la atención del ictus.

¿Qué ocurre cuándo se activa el Código Ictus?


“Cuando se activa el Código Ictus por la sospecha de un accidente cerebrovascular agudo, y una vez que el paciente ha sido valorado en el hospital por neurología, en ese momento crítico y en primera instancia se le realiza una TC multimodal craneal por parte de los neurorradiólogos”, comenta el Díaz Valiño. Además, puntualiza que “se trata de tres modalidades de adquisición de imágenes con las que descartamos otras causas distintas del infarto isquémico, se detecta el tejido cerebral irreversiblemente perdido, el que es viable y se puede rescatar, junto a la localización de la arteria cerebral trombosada”.

Una vez expuestos los hallazgos radiológicos y las consideraciones clínicas del neurólogo, se consensúan conjuntamente las indicaciones del tratamiento endovascular (la trombectomía mecánica) que efectuará el neurorradiólogo para recanalizar la circulación cerebral con el objeto de minimizar el daño que ocasiona la falta de riego.

El Díaz Valiño señala que, “tomada la decisión, en el menor tiempo posible estarán personados en la sala de neuroangiografía personal de anestesia y enfermería para ayudarnos en el cateterismo de las arterias cerebrales y efectuar la extracción del trombo aspirándolo, capturándolo con una malla (stent) o bien con una combinación de esas dos técnicas. Esta intervención requiere una gran precisión por parte del neurorradiólogo para la cual se necesita una alta especialización”.

“En muchas ocasiones la recuperación del paciente es inmediata y la apreciamos en el propio quirófano, pero lo más habitual es que la mejoría la veamos pasadas unas horas, o incluso días, durante su estancia en la Unidad de Ictus. También hay veces en que a pesar de que podamos extraer el trombo con éxito, el paciente no mejora debido a que el cerebro no ha soportado el tiempo que ha estado sin recibir sangre”, puntualiza el Díaz Valiño.

Por lo tanto, son los especialistas formados y acreditados por las sociedades científicas de neurointervencionismo (GENI en el caso de España) quienes tienen la capacitación necesaria para llevar a cabo con criterio y seguridad estos complejos procedimientos endovasculares.

Sin duda, el beneficio de la trombectomía en el ictus agudo para conseguir un buen resultado clínico se reduce según se retrasa su inicio, por ello se dice que “Tiempo es Cerebro”.
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