España no dispone de una legislación concreta que regule su uso, aunque cuenta con "diversas normativas" aplicables

Un grupo de investigadores españoles ha publicado una guía de buenas prácticas de telerradiología, en la que resaltan su "optima" complementación en el servicio sanitario a pesar de no contar con legislación en el SNS
Un grupo de investigadores españoles ha publicado una guía de buenas prácticas de la telerradiología.


8 feb. 2023 15:00H
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La telerradiología es una subespecialización que década tras década no solo ha mejorado su servicio, sino que se ha ido involucrando en el Sistema Nacional de Salud (SNS) en general, y en los Servicios de Radiología en particular. Una evolución que ha tenido su culmen esta última década tras experimentar un crecimiento exponencial y que un grupo de investigadores españoles ha aprovechado su momento para publicar una guía de buenas prácticas. En ella destaca el papel de complementación que debe tener la telerradiología en los Servicios de Radiología. “No puede ser un cuerpo extraño con respecto al proceso radiológico del servicio local”, argumenta la guía.

El documento, llamado ‘Telerradiología: guía de buenas prácticas’ y publicado en la revista Radiología de la SERAM, ciñe el trabajo del radiólogo a tres ámbitos, teniendo siempre al paciente en el centro de toda acción. El profesional tiene que velar por los estándares de seguridad y calidad, respetando siempre los principios fundamentales y las normas legales y éticas. Los aspectos profesionales, tecnológicos y del propio proceso son las tres ‘patas’ en las que se tiene que fijar el telerradiólogo para el “cumplimiento” de su misión, tal y como especifica la guía.

Los investigadores recalcan que es “primordial” buscar el bienestar del paciente en todas las escalas de la asistencia sanitaria, también en la telerradiología. Su objetivo no puede ser otro que el beneficio y mayor interés de los pacientes y de la sociedad, explican. “La telerradiología es un servicio de telemedicina, consistente en la transmisión electrónica de imágenes radiológicas de una localización a otra con el propósito principal de interpretarlas o consultar un diagnóstico”, añade el texto.

Además, el documento especifica que los servicios locales tienen que tener prevalencia respecto a los servicios externalizados, puesto que el profesional local suministra el “entorno clínico óptimo” tanto para el paciente como para el médico prescriptor, puesto que “brinda” una mejor interacción y disponibilidad. Unas características que relacionan de manera directa con un contacto estrecho y de confianza que pueda generarse entre el sanitario y el paciente: “El radiólogo debe mantener el contacto con los pacientes, la telerradiología es un complemento a su desempeño local y en ningún caso la misma se puede convertir en una práctica exclusiva de la Radiología, ya que es probable que le prive, a largo plazo, de una parte de sus habilidades profesionales”.

Por otro lado, la guía apunta a que los estándares utilizados en el proceso telerradiológico deben ser los mismos que los empleados en los servicios de Radiología local, desde el punto de vista de la calidad y de la seguridad asistencial. Dos aspectos que en la telerradiología “nunca deben ser inferior” a la prestada por los servicios de Radiología locales.


Sin legislación vigente, España cuenta con normatica "aplicable"


Sin embargo, los investigadores recalcan que España no dispone de una “regulación sectorial específica y unitaria” sobre la telerradiología, aunque el Sistema Nacional de Salud cuenta con “diversa normativa” aplicable a los procesos telerradiológicos como a sus profesionales. Entre ese material legislativo que debe cumplirse se encuentra, entre otras, la legislación sanitaria, la legislación sobre radiaciones ionizantes y la legislación relacionada con servicios y comercio electrónico.

No obstante, la guía de buenas prácticas indica que los telerradiólogos deben tener acceso al mismo estándar de información del paciente, ya que es “imprescindible” para asegurar la calidad y seguridad del informe radiológico. Si el profesional no cuenta con esa facilidad, se estará incurriendo en una “mala praxis”, que conllevará a un posible error en el diagnóstico. El documento también especifica que para la telerradiología de urgencias, es “imprescindible” que al telerradiólogo se le facilite cualquier tipo de información adicional que solicite, por el bien del procedimiento sanitario.
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