Víctor Pérez Sola, presidente de la SEPB.
El avance en el proceso de implementación del
teléfono de prevención, detección precoz y
atención a la conducta suicida ha sido muy bien recibido por Psiquiatría. Sin embargo, los primeros detalles de su puesta en marcha desvelados en
Redacción Médica por la subdirectora de salud de la Cruz Roja, organismo en el que ha delegado Sanidad el desarrollo del 024, han dejado un sabor agridulce a la especialidad al
no contar con los psiquiatras como integrantes del equipo de profesionales que darán soporte al teléfono de ayuda y que será liderado por Psicología.
“Este tipo de dispositivos
se benefician de que haya un equipo multidisciplinar detrás. Es muy difícil tener profesionales muy bien formados, y hay una serie de funciones como un buen diagnóstico o una psicoterapia específica que solo lo pueden acometer con todas las
garantías de calidad los psiquiatras o psicólogos clínicos”, reivindica el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), Víctor Pérez Sola, quien califica como
“error” n
o contar con los psiquiatras en teléfono de antisuicido.
El experto en suicidio pone de ejemplo el modelo definido en los países de nuestro entorno como Francia u Holanda, que llevan años ofreciendo con éxito este servicio telefónico. “En ellos hay equipos multidisciplinares porque hay cosas que
las puede hacer mejor un psicólogo, un enfermero, un trabajador social o un psiquiatra. Los
psicólogos suelen liderar estos equipos, pero eso sí, deben estar formados y tener capacidad para ser resolutivos. Lo importante aquí es darle solución a esas personas que necesitan ayuda”, explica Pérez Sola.
La justificación de la necesidad de un equipo multidisciplinar radica en que
en el suicidio “no todos los enfermos son iguales”. “Algunos llegan a través de las enfermedades mentales y ahí el más adecuado es el psiquiatra, pero otros son situaciones sociales. Por ejemplo, hay una clara relación entre desahucios y suicidios. Aquí sería más útil un trabajador social que un psiquiatra”, explica el especialista.
Dos cuestiones fundamentales en el teléfono antisuicidio
Para el presidente de la SEPB,
el teléfono de atención al suicidio debe cumplir dos cuestiones fundamentales. La primera consiste en tener especial “cuidado” en realizar una
“correcta” evaluación del riesgo al suicidio. “Para ello, el personal se tiene que formar o ser gente que esté acostumbrada a realizar estas evaluaciones. En estos momentos, en el Sistema Nacional de Salud (SNS) quien cumple este perfil son los
psiquiatras de las emergencias de los hospitales, ya que ahí van a parar las personas con alta riesgo de suicidio”, detalla el especialista.
Otros de los profesionales adecuados para evaluar el riesgo serían los psicólogos clínicos. “En el caso de los psicólogos, si tienen que hacer un
tratamiento o un diagnóstico deberían ser psicólogos clínicos. Lo complicado es que actualmente en el mercado hay muy pocos”, detalla Pérez Sola. Ante la ausencia de estos profesionales en el mercado laboral español, el especialista considera que si se garantiza una correcta formación en suicidio podría delegarse en otros profesionales de la salud.
La segunda cuestión pasa por una "
muy buena" coordinación con los sistemas autonómicos. “Te pueden llamar cuando están a punto de tomarse unas pastillas. En ese momento, lo que hay que hacer es localizarlo, convencerlo de que se deje ayudar y activar el sistema sanitario”, explica Pérez Sola. Un sistema sanitario de carácter autonómico que recibiría la alerta de un sistema estatal. “Por teléfono no puedes valorar una persona de alto riesgo.
Se va a tener que desplazar un servicio sanitario. Por lo tanto, se debe tener un sistema muy bien engrasado para que haya coordinación con el sistema autonómico”, detalla Sola.
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