Una persona sufriendo un ataque de ansiedad.
La ansiedad es el trastorno mental más común del mundo, afectando a más de 300 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta patología puede presentarse de varias maneras aunque hay síntomas que son difíciles de identificar al ser menos silentes, y por tanto identificables, que el resto, como la facilidad para
fatigarse, la dificultad para
concentrarse, problemas de sueño o
irritabilidad persistente.
Belén Sánchez Martín-Moreno, psiquiatra del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha explicado a
Redacción Médica que estos son los
síntomas silenciosos que presentan los
trastornos de ansiedad aunque
no son los únicos con los que se hace visible la patología.
La ansiedad es una respuesta de nuestro organismo ante una situación nueva o amenazante. Cuando se presenta esta patología,
"el cuerpo se prepara para huir o defenderse, por lo que hay un aumento de la tensión muscular, un estado de mayor vigilancia o un aumento de la tensión arterial o la frecuencia cardiaca", ha explicado Martín-Moreno.
En esta línea, la facultativa ha remarcado que "la ansiedad no es mala,
es un pequeño motor que nos empuja a adaptarnos a los problemas y retos del día a día". El problema viene "cuando es desproporcionada o persiste en el tiempo" ya que, en estos casos, es cuando aparecen los
síntomas de ansiedad".
Cuando esto ocurre, "
la sensación de malestar se agiganta y les invade a lo largo de todo el día, los pacientes están inquietos y se puede traducir en una tensión muscular continua, con temblores, sudoración o contracturas musculares", ha contado Martín-Moreno.
Además, cuando llega la noche, muchas personas con ansiedad "no consiguen descansar, les cuesta dormirse o se despiertan continuamente.
Todo ello supone un desgaste tanto mental como físico, por lo que la mayoría de los que padecen esta patología están cansados todo el día, como si acabaran de hacer una maratón".
Síntomas más frecuentes de ansiedad
Martín-Moreno ha remarcado que los pacientes con ansiedad presentan "un cortejo importante de síntomas físicos como
palpitaciones, sudoración profusa, temblores, sensación de ahogo o dolor en el pecho", que son fácilmente reconocibles.
Para la psiquiatra, un factor fundamental, más que los propios síntomas, es el origen de la ansiedad ya que puede ser
"un síntoma de otra enfermedad". "Esto es muy importante a la hora de enfrentarse a un paciente con ansiedad, porque hay que hacer un buen despistaje de enfermedades endocrinas y cardiacas que pudieran justificar la clínica", ha indicado.
El tratamiento de la ansiedad
Para Martín-Moreno, existen multitud de tratamientos que se pueden ofrecer en las Unidades de Salud Mental.
"La psicoterapia y las técnicas de relajación" son una parte del tratamiento que van a ayudar al paciente "a medio y largo plazo a mejorar de los síntomas de ansiedad, mejorar su sensación de autocontrol y saber gestionar mejor sus emociones y la estructuración de su día a día", ha contado.
La psiquiatra ha señalado que el primer paso es "
seguir unas rutinas diarias saludables para mejorar los síntomas como hacer actividad física, comer adecuadamente y dormir las horas necesarias es muy importante". Si esto no funciona ya se valora la intervención farmacológica.
"
El principal tratamiento farmacológico es a través de los antidepresivos, que no solo son útiles para la depresión, sino para otros muchos trastornos. Los ansiolíticos, como las benzodiacepinas, pueden ser una ayuda al inicio del tratamiento cuando los síntomas de ansiedad son intensos o como apoyo en los momentos de crisis, pero su prescripción en general debe estar limitada a los periodos de crisis, como medicación de rescate o en una pauta de unos 2 meses como máximo hasta que los antidepresivos hagan efecto", ha sentenciado.
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