Deprescribir psicofármacos requiere más profesionales y casos menos graves

El abuso en el consumo de psicofármacos en España se ha vuelto una cuestión que preocupa a muchos profesionales de la salud del país. Para abordar esta problemática, el Ministerio de Sanidad ha anunciado que está trabajando, junto al Comisionado de Salud Mental, en una guía de deprescripción de estos medicamentos. A pesar de ser un avance positivo, los profesionales de Psiquiatría y de Psicología creen que no sirve de nada reducir este tipo de recetas si no se aumenta, a su vez, la red de salud mental con más profesionales. Además, alertan del peligro que puede tener esta medida en pacientes con enfermedades graves. Es por esto, que para Manuel Martín, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, “más que hablar de deprescripción de psicofármacos, lo interesante sería hablar de una optimización de los mismos”.

“Desde la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental estamos dispuestos a apoyar cualquier medida que mejore el tratamiento de los psicofármacos, pero sí que pensamos que el término correcto sería una ‘optimización del tratamiento’, es decir, no enfatizar solamente en la deprescripción, porque eso puede llevar a pensar que estos medicamentos no son buenos”, detalla Martín.

Fernando Chacón, vocal del Consejo General de la Psicología de España, coincide con Martín en esta reflexión y se muestra ligeramente reacio a la incorporación del término ‘deprescripción’ en una guía de este tipo. “Sería más adecuado hablar de una prescripción racional de psicofármacos”, matiza. “Hay pacientes con enfermedades mentales graves a los que no les puedes quitar sus tratamientos”, añade. “Hablar de deprescribir puede generar cierta alarma entre las personas que consumen estos medicamentos”.

Por este motivo, Chacón considera que “hay que distinguir muy bien en que casos es posible deprescribir y en que casos no lo es, y plantear alternativas”. Entre ellas, aconseja facilitar el acceso a la psicoterapia, lo que también denomina como “prescripción social”. “También se pueden proponer alternativas físicas”, comenta.

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Martín: "Hablar de deprescripción puede llevar a pensar que los psicofármacos no son buenos"

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El peligro de deprescribir psicofármacos

La deprescripción de psicofármacos se presenta, en líneas generales, como una medida positiva dentro del ámbito de la salud mental. A pesar de esto, los expertos hacen hincapié en que esta podría no ser beneficiosa para todos los pacientes. “Hay algunos casos en los que se recetan demasiados tratamientos farmacológicos, pero en general, en la Psiquiatría, sobre todo en enfermedades más graves, la sensación que tenemos los profesionales es más bien la contraria”, explica Víctor Serrano, psiquiatra del hospital Sant Pau.

Para este especialista, la estigmatizatización de las enfermedades mentales es lo que provoca que la sociedad tenga la creencia de que los fármacos para tratar estas patologías “dejan tontos” a los pacientes. “En realidad es al contrario. Los fármacos de psiquiatría son de los más útiles que hay y de los que más aumentan la calidad de vida de los pacientes, y esto se demuestra continuamente con estudios”, explica Serrano. “No me imagino hablar de deprescripción de fármacos de cardiología, sería una locura”, añade.

Tal y como detalla, existen patologías mentales que no precisan el consumo de muchos medicamentos. “Hay pacientes que se pueden tratar con Psicología porque no tienen realmente una enfermedad de salud mental, sino que su malestar viene causado por problemas sociales, familiares, económicos, etc. Ahí estoy de acuerdo en que se deben recetar menos medicamentos”, matiza.

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Serrano: "No me imagino hablar de deprescripción de fármacos en Cardiología, sería una locura"

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Sin embargo, para Serrano, deprescribir psicofármacos para enfermedades como la depresión o la esquizofrenia “puede suponer un gran peligro para el paciente”. “Estas patologías necesitan terapia farmacológica, es lo que les cambia la vida a los pacientes”, añade.

Más recursos para atender a la salud mental

Siguiendo estas consideraciones, el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental detalla que para enmarcarse en una guía de este tipo, se deben analizar los psicofármacos según su clase, ver qué colectivos la utilizan, y estudiar “cómo se podrían utilizar de una forma mejor”. Junto a esto, deben incorporar “recomendaciones muy concretas y específicas que vayan acompañadas de alternativas a los tratamientos”, explica.

“Los medicamentos se utilizan porque hay una necesidad y una indicación para ello. Hay veces en las que un trastorno tiene varias opciones terapéuticas, una puede ser farmacológica y otra puede ser no farmacológica, pero estas opciones deben estar disponibles”, comenta Martín. Por eso, entre los recursos necesarios para atender estas enfermedades, el especialista detalla que se debe trabajar en aumentar la cantidad de profesionales de la salud, especialmente en la Atención Primaria.

Por su parte, Chacón considera que, para abordar estos problemas, más que una guía, lo se necesita es un Plan. “Se debe cambiar el sistema con el que se está prestando atención a la salud mental. Yo puedo reducir el consumo de ciertos fármacos, pero no puedo tener una lista de espera para atender a estas enfermedades de cuatro meses”, apostilla. “El uso abusivo que se hace en España de los psicofármacos tiene que ver con la deficiente atención a la salud mental, porque la mayoría de los casos de ansiedad y depresión se ven en Atención Primaria”, añade el vocal del Consejo General de Psicología.

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Chacón: "El uso abusivo que se hace en España de los psicofármacos tiene que ver con la deficiente atención a la salud mental"

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En la misma línea, Serrano considera que para elaborar una guía de este tipo, lo primero en lo que hay que trabajar es en la oferta de alternativas, como por ejemplo, de terapias psicológicas. “No hay psicólogos en el sistema de sanidad público, tenemos uno de los índices más bajos de toda Europa”, señala. “Yo a mis pacientes no les puedo ofrecer terapia siempre que creo que la necesitan, porque el Ministerio de Sanidad no lo paga”, reclama.

Junto a esto, explica que sería posible bajar la prescripción de psicofármacos si el Ministerio de Sanidad hiciese “un abordaje social de los problemas de salud mental”. El motivo de esto, es que en este tipo de enfermedades, habitualmente, entran en juego diversos factores. “Los psiquiatras necesitamos que se ayude más a los pacientes, tanto a nivel social, como económico y psicológico”, añade.

Por su parte, Martín asegura que desde la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental se han ofrecido para colaborar en la elaboración de esta guía, en una reunión que han mantenido, hace escasos días con el Comisionado de Salud Mental. “El abordaje de los problemas de salud mental supone un problema muy serio y requiere una intervención rápida”, señala Martín. “Por el momento, estamos a la espera de su respuesta”, concluye.