ERTE en la sanidad privada incluso en periodos de estrés asistencial

La Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) apuesta por mantener los ERTE incluso en periodos de estrés asistencial para asegurar la viabilidad de los centros sanitarios. Así lo explican fuentes de la patronal de la sanidad privada, a Redacción Médica. Si bien matizan que dichos expedientes de regulación temporal de empleo no se aplicarían "a unidades o Servicios encargados de tratar a pacientes con Covid-19". 

Para ASPE, "los ERTEs son medidas útiles, que aunque no solucionan los graves problemas económicos actuales, ayudan a reducirlos". Por ello, desde la patronal celebran los 21.300 millones de euros que Europa ha concedido recientemente a España para poder financiar estos expedientes.

"Tanto para nuestro sector como para la economía nacional es necesario la continuidad de los ERTEs, por lo que cualquier línea de financiación de los mismos para su extensión en el tiempo es bienvenida. Esperamos que la cuantía y la voluntad política sean suficientes", matizan las fuentes.

Desde ASPE llevan meses pidiendo que el Ministerio de Sanidad y, en definitiva, el Gobierno central plantee junto con las comunidades autónomas, acuerden una solución para ayudar al sector a salir adelante tras la labor asistencial realizada para absorber pacientes Covid-19 durante el pico de la pandemia. De hecho, han planteado ya la vía judicial para dar respuesta a sus demandas.

2.400 centros sanitarios privados, al borde de la quiebra

Según los cálculos de la patronal, unos 2.400 centros sanitarios privados estarían abocados a la quiebra si no se toman medidas; cifra que podría llegar a los 5.000 si no se toman medidas antes de que llegue una segunda ola de Covid-19.

Es por ello que, para evitar errores como los cometidos en la primera ola de Covid-19, ASPE ha solicitado un uso regulado de los servicios sanitarios de sus asociados.

Así, ha propuesto elaborar un marco "claro y transparente" a través de un protocolo coordinado que evitaría también la situación vivida en miles de centros sanitarios de titularidad privada, principalmente aquellos sin internamiento, que actualmente se enfrentan en muchos casos "al cierre".