Ricardo Villa Bellosta y Daniel Azpiazu.
Parece que España es tierra fértil para aquellos que padecen una
enfermedad renal crónica. Según un comunicado remitido por la
Fundación Jiménez Díaz, más de tres millones de personas padecen algún problema de este tipo, lo que supone que casi 43.000 pacientes tienen que someterse a un
tratamiento de diálisis. Ante estas cifras, la Fundación Jiménez Díaz, ha desarrollado una posible
alternativa terapéutica para que los pacientes renales que necesitan tratamiento tengan una mejor calidad de vida. Los investigadores del centro, liderados por
Ricardo Villa Bellosta, han encontrado una vía para prevenir las
calcificaciones vasculares típicamente asociadas al enfermo en diálisis. Es más, según los resultados del estudio, publicados hoy en
Scientific Reports, dejan ver que la
fosfatasa alcalina puede ser una diana terapéutica para combatir las citadas calcificaciones.
Según indica el hospital en una nota de prensa remitida, las
células necesitan alimentarse para desempeñar sus funciones necesarias en el organismo. Debido a su papel también producen y liberan a la
sangre sus desechos, los cuales son filtrados y eliminados a través de la orina gracias al
riñón. Pero cuando el riñón deja de funcionar, las toxinas no pueden ser eliminadas, y esto genera un “envenenamiento” del organismo que origina un
envejecimiento acelerado, como explica Villa Bellosta. Para un enfermo cuya función renal es inexistente, las
únicas alternativas que le quedan son el trasplante renal o la diálisis, apunta por su parte
Daniel Azpiazu, primer autor del estudio.
Calcificación vascular
Lo que aporta un proceso de cuatro horas de diálisis es, a grandes rasgos, la eliminación de toxinas generadas por las células que se han ido acumulando. Sin embargo, en condiciones normales, "nuestros riñones las eliminan constantemente a lo largo del día", explica
Emilio González-Parra, coautor del estudio. “La acumulación de estas toxinas durante largos periodos de tiempo produce alteraciones en el resto de funciones vitales, siendo una de las principales consecuencias la presencia de calcificaciones vasculares, cuyo estudio es motivo de investigación en nuestro grupo desde hace años”, señala Villa Bellosta.
Ante este escenario, los responsables del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, a través de metodologías innovadoras, han podido demostrar un
aumento en la principal enzima relacionada con la calcificación vascular. “Al eliminar ciertas toxinas durante la sesión de diálisis -señala el investigador-, la fosfatasa alcalina trabaja más eficazmente debido a la perdida de las toxinas que bloquean su función”. El aumento en la función de la fosfatasa alcalina está estrechamente relacionado con la presencia de calcificaciones vasculares, dado que dicha encima destruye los principales inhibidores de la calcificación vascular.
Para el equipo de Villa Bellosta, “este descubrimiento abre una
nueva puerta para mejorar la calidad de vida en los pacientes sometidos a diálisis”.
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