Patricia Alonso y Felipe González Martínez posan junto al belén instalado en la planta de Pediatría del hospital.
Con la llegada de la
Navidad, por las plantas de
Pediatría de todos los hospitales comienzan a desfilar desde superhéroes, futbolistas, y hasta los mismísimos
Reyes Magos. Todo esto, bajo un espacio completamente engalanado con adornos navideños. El objetivo no es otro que “crear un espacio acogedor, en el que los niños vean que el hospital es la prolongación de lo que es su propia casa”.
El que habla es
Felipe González Martínez, pediatra y miembro del comité de humanización del
Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Su tarea es la de que todos los pacientes de Pediatría estén bien emocionalmente, “sobre todo durante estas fechas”.
“Al año organizamos más de
1.200 actividades, la mayoría centradas durante la época de Navidad, porque pensamos y sabemos que los pacientes, aparte de tener algún problema físico, deben de estar contentos, ya que eso ayuda a la recuperación de la enfermedad”, cuenta a
Redacción Médica a pocos días de la noche de
Navidad.
Laura Garcia Espinosa, Maria Jesus Pascau, y
Javier Cobas, Subdirector Gerente del Hospital La Paz, durante la última actividad organizada con el área de Pediatria.
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Guardias navideñas
Esa noche será la primera de guardia navideña para
Laura García Espinosa,
MIR de Pediatría en el
Hospital La Paz, y aunque este sea su primer año como residente, ella lleva más de seis ligada como voluntaria al centro. “Creo que ahí nació mi pasión por la Medicina. Mis padres son médicos, y desde pequeña venía a jugar con los niños que eran pacientes de mi madre. Cuando cumplí los 18 empecé de voluntaria para estar con esos niños y a la misma vez entré en la carrera de Medicina.
Y al final, casi sin querer, me encontré con un aprendizaje en paralelo”, explica.
Pero durante estas fechas no solo se acompaña a los pequeños, sino también a los padres. “Es una época muy mala para estar ingresado y por ello nuestra ayuda es la de hacer ese tiempo lo más llevadero posible. Pero no solo a los niños, sino a los padres,
a los que nuestra cercanía hace más amena su estancia en el hospital”, narra García.
Precisamente, son esos mismos padres los que la ven ahora con la bata blanca y se emocionan, recordando que esa persona que ahora atiende a sus hijos estaba hace unos meses jugando con ellos como voluntaria.
"Todos somos una gran familia"
Y es que detrás de cada profesional hay decenas de anécdotas que se suceden durante estas navidades. Para
Patricia Alonso, MIR de Pediatría en el Hospital Gregorio Marañón, es el tercer año que pasará las navidades en el hospital. Ella revela que trabajar durante estos días se hace algo “duro”, pero al fin y al cabo “todos somos una gran familia. Incluido los pacientes”.
"Cuando un niño te dice que estar allí es mejor que ir al colegio es para nosotros el mejor regalo que podemos tener"
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“Implicarnos en la parte emotiva de nuestros niños nos ayuda tanto a ellos como a nosotros. Verles contentos, cantando villancicos, jugando, ayuda sin duda a su recuperación. Y además, son súper agradecidos. Sobre todo sus hermanitos. Recuerdo cuando me regalaron un dibujo que decía: “Gracias por cuidar tan bien a mi hermano”.
Ese gesto es para mí la máxima representación de cariño que te pueden dar estos días”, reconoce emocionada.
Esta actitud, prosigue
Felipe González Martín, “es el mejor ejemplo de humanización que se puede ver en el hospital. Así es como se fomenta la verdadera relación médico-paciente. Nosotros tenemos claro que fomentar ese vínculo con los niños es fundamental, tanto para su desarrollo emocional como asistencial.
Todos estos aspectos son parte de su proceso de curación”.
La humanización, pieza clave
En este proceso terapéutico, la Enfermería también juega un papel esencial. Bien lo sabe
María Jesús Pascau, enfermera pediátrica y una de las coordinadoras de las actividades infantiles en el Hospital La Paz. “Intentamos que todas las actividades involucren a los pacientes para que participen. Queremos que se comuniquen, que se socialicen y que participen en acciones creativas, con el único fin de normalizar sus vidas durante su ingreso”.
Para ella, “la humanización en el hospital es una prioridad”. “Mi único objetivo es facilitarles la vida durante su estancia en el hospital y generarles recuerdos bonitos.
Cuando un niño te dice que estar allí es mejor que ir al colegio es para nosotros el mejor regalo que podemos tener”.
Y no es para menos. Pascua reconoce que “son los propios pacientes los que arrastran a las enfermeras durante estas fiestas navideñas.
En la noche de Reyes, si nos toca trabajar, acabamos más emocionadas que ellos. Todos sacamos nuestras zapatillas al pasillo para que los Reyes Magos nos dejen sus regalos. Después, las compañeras que entran al turno de noche se traen unas chucherías de casa, para cuando hagan la ronda ir dejándolas en esas zapatillas. Lo mismo que harían en su casa lo hacen allí”. Y es que al final, los verdaderos superhéroes que pasean por los pasillos de Pediatría durante estas fechas no llevan capa, sino
bata blanca.
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