Sergi Navarro, presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos Pediátricos de la Asociación Española de Pediatría (Pedpal-AEP).
El
ministro de Sanidad de los Países Bajos,
Ernst Kuipers, pretende implantar, mediante una
reforma legal y tras la
petición de los propios pediatras, la
eutanasia para niños de entre 1 y 12 años. De hecho, tal y como recoge el documento presentado ante el Parlamento, "el grupo de niños a los que se podría aplicar la
eutanasia son aquellos con enfermedades incurables que sufren de forma desesperada e insoportable y para los que todas las posibilidades de cuidados paliativos son insuficientes para aliviar su sufrimiento". Ante esta propuesta,
Redacción Médica se ha puesto en contacto con el presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos Pediátricos de la Asociación Española de Pediatría (
Pedpal-AEP),
Sergi Navarro, quien asegura que, a día de hoy, "
no hay una demanda o una indicación por parte de los pediatras españoles de que la
eutanasia se deba llevar a cabo" en este colectivo.
Según apunta Navarro, "en las situaciones en las que los niños con enfermedades incurables que sufren de forma desesperada y para los que todas las posibilidades de cuidados paliativos son insuficientes
para aliviar su sufrimiento, actualmente se utiliza la sedación paliativa, es lo que se conoce como situación de refractariedad". Asimismo, el especialista comparte con este medio que, con la experiencia que tiene, "sí existen casos de sedación paliativa complicados que, habitualmente, se acaban controlando", pero no ha tenido "ningún niño que haya expresado el
deseo de eutanasia". Sin embargo, el pediatra reconoce que sí ha vivido casos de "deseo de adelantar la muerte por parte de los familiares".
Además, Navarro señala que "todo este
debate de si una de las alternativas para acabar con este tipo de sufrimiento sería
provocar la muerte abriría otro punto de discusión: si ese niño ha podido expresar o no su voluntad previa, si ha tenido una afectación neurológica o si tiene una edad de desarrollo que no le ha permitido expresar esas voluntades o participar en esa toma de desiciones, entre otras".
A este respecto, Navarro añade que "no es un tema científico, sino una reflexión social". Además, asegura que como sociedad científica no creen que tengan que "
abogar por la eutanasia, ya que para llevarla a cabo se debe contar con el deseo expreso del enfermo y la mayoría de niños que se tratan con enfermedades avanzadas no pueden hablar". Navarro recalca que "de momento no se ha llegado a
indicar la eutanasia en esta población pediátrica porque
no es legal".
Diferencia entre eutanasia y sedación paliativa
Para aclarar ante qué situación se encuentran, Navarro explica cuáles son las
diferencias entre eutanasia y sedación paliativa y, respecto a esto, subraya que "la principal recae en el objetivo que tiene cada una de ellas". Por un lado, "el objetivo de la eutanasia es el deseo de acabar con la vida de esa persona para controlar el síntoma, a través de unos fármacos con unas dosis concretas, con los que se
provoca que el cuerpo deje de funcionar".
"El objetivo de la sedación paliativa es controlar el síntoma a través de la disminución de la conciencia"
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Y, por otro lado, "el objetivo de la sedación paliativa es
controlar el síntoma a través de la disminución de la conciencia". Esto, según Navarro, provoca que "se asuman riesgos, pero estos son el
per se de la enfermedad avanzada". En este sentido, el pediatra recuerda que "el médico tiene un procedimiento avalado, respaldado y con unas indicaciones muy claras de cuando un síntoma no se puede controlar, llamado refractario. En este caso, el procedimiento es la sedación paliativa como un recurso, cuyo objetivo es el de controlar dicho síntoma".
Con ello se logra "reducir la conciencia lo mínimo que sea necesario para que
el paciente no sufra las consecuencias de este síntoma incontrolable en una situación de enfermedad avanzada o de final de vida", señala.
La propuesta de Países Bajos de eutanasia en menores
La
propuesta de Kuipers pretende extender el Protocolo de Groningen, aprobado en 2005, para incluir también a los niños menores de 12 años, ya que este recoge el derecho de eutanasia en niños de 12 a 18 años. Para ello, quiere incluir siete criterios:
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El médico debe estar convencido, sobre la base de los conocimientos médicos predominantes, de que el niño sufre de forma insoportable y sin ninguna esperanza posible.
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Será necesario el dictamen de un experto independiente.
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El médico debe estar convencido de que la eutanasia es la única opción posible para aliviar el sufrimiento.
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Tendrá que compartir el diagnóstico en su totalidad con los padres, pero también hablar de ello con el niño de una manera adaptada a su nivel de comprensión.
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Ambos padres deben dar su consentimiento.
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El médico debe asegurarse de que el niño no sea sometido a la eutanasia contra su voluntad.
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La eutanasia debe realizarse con cuidados médicos.
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