El estudio se ha llevado a cabo en niños de entre seis meses y 17 años.
Los niños que reciben cada año
la vacuna contra la gripe desarrollan
anticuerpos que les brinda una protección más amplia contra futuras cepas. Así lo demuestra un grupo de investigadores de la Unviersidad de McMaster (Ontario, Canadá) quienes aseguran que "también les protegen frente a aquellas con potencial pandémico".
Los expertos señalan que "los resultados obtenidos en el estudio brindan información sobre los
efectos de la vacunación repetida contra la influenza estacional y el tipo de vacuna en la inducción de
anticuerpos ampliamente neutralizantes (bNAb) en niños". Además, añaden que "las
vacunas contra la influenza estacional en niños pueden inducir bNAbs contra la influenza A tanto en la sangre como en las mucosas respiratorias, lo que produce ramificaciones importantes para
la selección de plataformas de vacunas universales que podrían implementarse de manera efectiva en esta población".
Es decir, según los resultados del estudio publicados en la revista
Cell Reports Medicine, estos datos "podrían sentar las bases de
una vacuna universal contra el virus de la influenza en niños, grupo especialmente vulnerable a las complicaciones graves de la enfermedad como la neumonía, la deshidratación y, en casos excepcionales, muerte".
Matthew Miller, el autor principal del estudio y profesor asociado en el Instituto Michael G. para la Investigación de Enfermedades Infecciosas, explica que "actualmente se sabe muy poco sobre cómo la vacunación contra la gripe estacional afecta a las respuestas inmunitarias de los niños, que son una fuente importante de transmisión de la gripe y un grupo de riesgo elevado”. Asimismo, subraya la necesidad de "comprender cómo la vacunación estacional y las diferentes formulaciones de vacunas dan forma a la inmunidad infantil es fundamental para una prevención eficaz”.
La respuesta inmunitaria de los niños y adultos son diferentes en la gripe
Además, Miller detalla que "las respuestas inmunitarias de niños y adultos son diferentes en el caso del virus de la influenza y que, a diferencia de los niños más pequeños, la mayoría de los adultos se han infectado con el virus y vacunado contra la
gripe en numerosas ocasiones a lo largo de la vida".
En este sentido, el autor principal del estudio añade que, a la hora de administrar
las vacunas contra la gripe en los adultos, estas "generan una respuesta inmunitaria muy específica contra las cepas estacionales. Por ese motivo, los adultos simplemente no generan respuestas inmunitarias a las vacunas contra la
gripe estacional capaces de protegerlos de los virus pandémicos como pueden hacer los niños”.
"A más edad, los niños demostraron ser menos capaces de producir anticuerpos ampliamente protectores como consecuencia de su repetida exposición a la influenza"
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Los investigadores analizaron durante tres años las
respuestas inmunitarias en niños y jóvenes con edades comprendidas entre los seis meses y los 17 años. Y, en esta misma línea, los expertos descubrieron que, "a más edad, estos eran menos capaces de producir anticuerpos ampliamente protectores como consecuencia de su repetida exposición a la influenza, ya fuese por vacunación o por infección natural", expone Miller.
Miller califica este hallazgo de "muy importante" por su significado ya que, a raíz de sus resultados, "se obtiene flexibilidad en cuanto al tipo de vacuna que se puede usar para crear esa dosis universal para los niños". Además, añade a modo de conclusión que "ahora se sabe que el
sistema inmunitario de los niños es mucho más flexible que el de los adultos cuando se trata de enseñarles cómo generar respuestas protectores generales”.
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