Petra Hüppi, profesora de la Facultad de Medicina de Unige.
28 may. 2019 18:55H
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La música mejora el desarrollo cerebral de los bebés prematuros, según un estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad de Ginebra (Unige) y los Hospitales Universitarios de Ginebra (Suiza) y que ha sido publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
"Afortunadamente conocimos al compositor Andreas Vollenweider, que ya había realizado proyectos musicales con poblaciones frágiles y que mostró gran interés en crear música adecuada para niños prematuros", han dicho los científicos.
Los expertos quisieron estructurar el día con estímulos agradables en los momentos apropiados: una música para acompañar su despertar, una para acompañar su sueño y otra para interactuar durante el fases del despertar.
Para elegir instrumentos adecuados para estos pacientes, Andreas Vollenweider tocó muchos tipos de instrumentos para los bebés, en presencia de una enfermera especializada en atención de apoyo al desarrollo. El instrumento que generó la mayoría de las reacciones fue la flauta de los encantadores de serpientes indios (el 'pungi').
Estudio doble ciego
El estudio fue doble ciego con un grupo de bebés prematuros que escucharon la música, un grupo de control de bebés prematuros y un grupo de control de recién nacidos a término, con el fin de evaluar si el desarrollo cerebral de los bebés prematuros que escucharon la música sería más similar a la de los bebés a término.
Los científicos utilizaron la resonancia magnética funcional en reposo en los tres grupos de niños. Sin música, los bebés prematuros generalmente tenían una conectividad funcional más pobre entre las áreas del cerebro que los bebés a término, lo que confirma el efecto negativo de la prematuridad. "La red más afectada es la red de atención que detecta información y evalúa su relevancia en un momento específico y luego establece el vínculo con las otras redes cerebrales que deben actuar", han dicho los expertos.
Asimismo, las redes neuronales de los niños que escucharon la música de Andreas Vollenweider mejoraron significativamente. Concretamente, la conectividad funcional entre la red de prominencia y las redes auditiva, sensoriomotora, frontal, tálamo y precuneus se incrementó, lo que resultó en una organización de redes cerebrales más similar a la de los bebés a término.
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