La tiradora y futura dentista, Lucía Martín-Portugués.
Lucía Martín-Portugués atiende al teléfono con un leve jadeo. La llamada ha interrumpido su sesión de entrenamiento con el sable en una calurosa tarde de verano en Madrid. "El psicólogo me recomendó que tener una rutina es una manera de volver a nuestra paz interior. Como la mía es entrenar, he pensado que por qué no hacerlo un poco", ha respondido la tiradora y estudiante de Odontología. La futura sanitaria de 33 años fue una de las participantes en los
Juegos Olímpicos de París 2024, sin embargo,
su aventura deportiva no fue la más plácida. Y es que cayó en primera ronda de su categoría, tras haber clavado el ciclo preolímpico con seis medallas de distintas Copas del Mundo y Europeos. "Volví un poco disgustadilla", ha lamentado, tanto por la derrota, como por la pérdida de la beca de resultados del Consejo Superior de Deportes, este año centrada en la competición parisina. "Perderé esta fuente de financiación, pero, al menos, conservo la de ranking", ha asegurado la número cinco del mundo en sable.
La tiradora tuvo el infortunio de cruzarse con la húngara Anna Marton, campeona del mundo sénior en 2023, cuyo ranking no correspondía con su nivel, al venir completamente recuperada de una lesión. El buen hacer de la magiar se impuso a la trayectoria ascendente de Martín-Portugués. "No puedo decir que sea una excusa porque al final si quieres ganar
los Juegos, tienes que vencer a todo el mundo, sea en el orden que sea, pero sí que es verdad que el primer asalto, sin haber apenas calentado mucho a nivel estratégico de la competición, pues no era la mejor rival", ha explicado. Asimismo, la deportista ha añadido que, más allá de su contrincante,
no es fácil gestionar la participación en unos Juegos Olímpicos. "El evento tiene mil distracciones. Quieres estar en todos los sitios, verlo todo, hay un montón de gente... Al final, tiene unas condiciones que normalmente no vemos en las competiciones del resto del año".
"El psicólogo me recomendó tener una rutina tras la derrota"
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Pese a la derrota temprana en París, la competidora ha destacado que poder asistir ha sido
"una experiencia única", que le ayudará a mejorar como
deportista. Una información muy valiosa para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, previstos para 2028, en los que la estudiante de Odontología no descarta acudir. "Iré viendo año a año, pero vaya, cuando era más joven decía 'hago este ciclo y me retiro' y no ha sido así, ya que notaba que era mi momento de seguir", ha puntualizado Martín-Portugués.
Eso sí, independientemente de conseguir plaza en el equipo olímpico para Los Ángeles, la joven
quiere ayudar a los representantes españoles seleccionados para viajar a la costa del Pacífico. Que conozcan de primera mano lo que significa participar en unos Juegos, con el objetivo de potenciar la esgrima española. "Hace muchos años, el equipo femenino fue campeón del Mundo en espada. Tuvimos a Jorge Pina, en sable, que fue oro europeo. Sin embargo, toda su experiencia se perdió al no ser transmitida, lo que hace que la esgrima vuelva siempre a la casilla de salida. Necesitamos que la Federación cuente con todo el talento que hay en España para nuestra disciplina no tenga que empezar de cero constantemente", ha demandado. Y es que la instrucción se puede traducir en un metal en territorio estadounidense.
Una vida entre la espada y los alicates
Martín-Portugués cogió un sable por primera vez un sable con seis años. "Veía a mi hermano hacer esgrima y cuando lo veía pensaba que lo mío era más pegarme que bailar", ha recordado la tiradora, a quien en un principio apuntaron a clases de ballet. A los
17 años se convirtió en profesional. Una disciplina que ha tenido que practicar con la sombra de la
epilepsia detrás, diagnosticada tiempo atrás. La patología estuvo a punto de truncar su carrera, sin embargo, el propio deporte le ayudó a combatirla, al forzarle a llevar una rutina estricta. El orden le permitió sobrellevar de mejor manera las crisis de ausencia que padece.
"Me gustaría poder combinar Odontología y esgrima"
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Además, de la esgrima, la joven
cursa Odontología en la Universidad Complutense de Madrid. Una rama sanitaria que le ha interesado desde pequeña, pese a que no le ha podido dedicar todo el tiempo que le gustaría. "En los últimos tres años la he tenido un poco parada por el ciclo deportivo, lo que me ha permitido ir a los Juegos Olímpicos. Pero vaya, una asignatura de cuarto de carrera y el último año", ha revelado Martín-Portugués. La combinación del grado y el deporte de élite no es sencilla, por lo que ha tenido que también pelearse para cambiar exámenes o fechas de entrega. "Duermo poco", ha dicho entre risas. "A pesar de que en general me han ofrecido facilidades, hay quien no entiende las circunstancias. Todos tienen opinión y todos son deportólogos y saben que es lo mejor para ti", ha afirmado la tiradora.
En el futuro, Martín-Portugués espera tener más tiempo para
reconciliar esgrima y Odontología. Para ella, la combinación de ambas sería un sueño. "Habrá que tener en cuenta todas las circunstancias, pero no me gustaría desaparecer de mi deporte. Por eso, me encantaría poder hacer las dos cosas. Poder trabajar para mi Federación y aparte tres o cuatro días de dentista", ha aseverado.
En defensa de la Medicina Deportiva
Para poder alargar la carrera deportiva es necesario contar con un buen estado de salud. Más allá del trabajo de médicos, enfermeras y fisioterapeutas, Martín-Portugués ha destacado la tarea de
los psicólogos para adaptarse a las competiciones, manejar el éxito y superas los reveses que acompañan a toda disciplina. "No solo nosotros, creo que todo el mundo tendría que ir al psicólogo. Es más, no hay profesionales suficientes para cubrir la situación actual de la sociedad española", ha agregado.
Además, la tiradora ha demandado
la vuelta de la especialidad de Medicina Deportiva, desaparecida en 2015 del Sistema Nacional de Salud (SNS). "Sería muy necesario que volviese. Hay muchos aspectos del deporte de alto nivel a los que un nutricionista o médica de cabecera no llega, por lo que la actuación de un especialista sería muy importante. Al final, nosotros llevamos el cuerpo a niveles que la gente no puede ni imaginar y necesitamos que alguien lo cuide. Y no solo para aquellos que
nos dedicamos al deporte, sino también para cualquier persona que lo practica".
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