La Comunidad de Madrid aplica un innovador tratamiento en cáncer de páncreas.
El
cáncer de páncreas cuenta con un nuevo tratamiento en la
Comunidad de Madrid, que consiste en
reducir el tamaño del tumor para su posterior extirpación. El objetivo de los especialistas es que, a medio plazo, sea posible realizar su completa
extirpación quirúrgica. La novedad de esta terapia es el uso de un nuevo
isótopo radiactivo, administrado a una paciente que lo ha tolerado sin problema.
Esta iniciativa se ha llevado a cabo en el
Hospital público de Fuenlabrada, dentro del registro internacional
Osprey, una
base de datos que recoge personas diagnosticadas de este tipo de patología y donde participan
centros seleccionados de diferentes países para estudiar
nuevos tratmaientos en cáncer de páncreas.
El tratamiento ha recibido el visto bueno por parte de
Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y ya se encuentra a disposición del
Sistema Nacional de Salud (SNS). La nueva terapia consiste en el uso de
braquiterapia con
radiofármacos, técnica que a través de una
endoscopia se inyecta el principio activo dentro del tumor con una radiación muy controlada. Tal y como afirma el jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Fuenlabrada,
Fernando Pereira, investigador principal del registro Osprey en este centro sanitario público de la región, se llegan a administrar
dosis importantes con mínima toxicidad.
Para poderse llevar a cabo la terapia de forma eficiente y eficaz, ha sido necesario una
coordinación entre distintas
especialidades del hospital, que incluye a los servicios de
Oncología Médica,
Radiofísica,
Aparato Digestivo,
Enfermería,
Medicina Nuclear y
Radiología. Otros profesionales implicados con el trabajo realizado en este ámbito son el jefe del Servicio de Radiofísica,
Alfonso López; los oncólogos
Ignacio Juez y
David Gutiérrez; los endoscopistas
Andrea Bermejo,
Antonio Guardiola e
Iván Guerra; las facultativas de Medicina Nuclear
Virginia Peiró,
Pilar Boya y
Esther Llorente; y las radiólogas
Teresa Martín y
Covadonga del Riego.
Una radiación controlada y tratamiento de quimioterapia
“Hemos sido
los primeros a nivel mundial dentro del registro Osprey en aplicarlo y es muy importante para todo el equipo por la sincronización que requiere de todo el Comité de Tumores Digestivos”, explica
Virginia Peiró, facultativa de Medicina Nuclear del Hospital de Fuenlabrada.
El radioisótopo inyectado,
Fósforo 32, llega a emitir una
radiación beta, provocando que los
efectos secundarios sean
menores y la lesión tumoral pueda recibir esta radiación milimétrica controlada durante varios meses. “Es importante recalcar que los efectos secundarios van a ser pequeños en base a lo que hay descrito en los primeros estudios y recordar que esta terapia se lleva a cabo en Hospital de Día, de forma que el paciente no requiere ingreso hospitalario y puede irse a casa después”, explica do Virginia Peiró.
A continuación, el seguimiento se realiza de forma habitual por el
Servicio de Oncología Médica. Los pacientes que se han sometido a esta nueva técnica deben seguir con el
tratamiento de quimioterapia indicado previamente, ya que ambos son complementarios. Es el caso de la primera persona que lo ha recibido en el Hospital de Fuenlabrada, que lo ha tolerado sin dificultades y continúa con la quimioterapia habitual.
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