Las tasas anuales de mortalidad más altas por cáncer de mama se dan durante el tercer año tras el diagnóstico.
Desde la década de 1990, la mortalidad de las mujeres con
cáncer de mama invasivo precoz ha disminudio en dos tercios, según un estudio que ha analizado los datos de más de medio millón de mujeres con esta enfermedad en Inglaterra. La investigación, que ha tardado 10 años en completarse, muestra que las mujeres que fueron diagnosticadas entre 1993 y 1999 tenían un riesgo del 14,4 por ciento de morir en un plazo de 5 años, pero las diagnosticadas entre 2010 y 2015 tenían un 4,9 por ciento de riesgo. Sin embargo, sigue habiendo
diferencias entre mujeres con receptores de estrógenos positivos o receptores negativos.
Las tasas anuales de mortalidad más altas por cáncer de mama se dan durante el tercer año tras el diagnóstico tanto en mujeres con receptores de estrógeneos positivos como negativos, pero son "mucho mayores" en estas últimas. Después de esos primeros tres años, la mortalidad disminuye en ambos grupos, pero más rápidamente en la enfermedad con receptores de estrógenos negativos. Más allá de los 10 años, son las
pacientes con receptores de estrógenos positivos las que tienen
mayor riesgo de muerte.
El estudio, publicado en el
British Medical Journal, señala que
las razones de este descenso de fallecimientos no están claro: si ha sido por una
mayor concienciación sobre el cáncer, porque hay más
cribados o porque han mejorado los
tratamientos contra esta enfermedad. "Lo que no podemos decir es qué parte de la mejora se debe al tratamiento, al cribado o a la concienciación sobre el cáncer de mama", afirmó en la revista
Nature Carolyn Taylor, autora principal y oncóloga de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Disminución "constante" de las muertes por cáncer de mama
La tasa anual ajustada de
mortalidad por cáncer de mama "disminuyó de forma constante con el periodo natural de diagnóstico" tanto en la enfermedad con receptores de estrógenos positivos como en la enfermedad con receptores de estrógenos negativos, pero las tasas fueron más altas en la enfermedad con receptores de estrógenos negativos.
El estudio también analizó las tasas anuales ajustadas de mortalidad por cáncer de mama en mujeres de diferentes características. Para las
menores de 40 años en el momento de diagnóstico, las tasas fueron más bajas, y para las de 80 años, más altas. Igualmente, fueron más elevadas en las pacientes cuyo cáncer no fue detectado por
cribado o en las que no eran eligibles para realizarlo. El
tamaño del tumor, su grado y el número de ganglios tuvieron "efectos sustanciales independientes", mientras que los efectos de la
lateralidad del cáncer, la privación y la región de residencia fueron menores.
Aplicación clínica de los datos
Los autores resaltan que estos datos pueden utilizarse para
estimar los riesgos de mortalidad por cáncer de mama para pacientes en la actualidad. "El
pronóstico de las mujeres con cáncer de mama invasivo precoz ha
mejorado sustancialmente desde la década de 1990. La mayoría pueden esperar convertirse en
supervivientes de cáncer a largo plazo, aunque para unas pocas el riesgo sigue siendo apreciable", señalan.
Tanto las pacientes como los sanitarios "necesitan estimaciones de su pronóstico probable para
fundamentar las decisiones de tratamiento, el seguimiento y la predicción de las tasas de eventos para grupos de pacientes en ensayos clínicos", afirma el estudio. Según los investigadores, para ello son necesarios estudios poblacionales a gran escala que tengan en cuenta los efectos de múltiples factores relacionados con la paciente y el tumor en la mortalidad por cáncer de mama. "Estas estimaciones son necesarias para que los clínicos puedan estimar el
pronóstico de las pacientes tratadas en la actualidad utilizando características como la edad, el tamaño del tumor, el estado ganglionar, el grado tumoral, el estado de los receptores y el estado del cribado", sentencian.
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