Los defectos cardiacos son el grupo más común de defectos de nacimiento.
12 feb. 2018 12:40H
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Las personas que nacen con defectos cardiacos y sobreviven hasta la edad adulta corren mayor riesgo de desarrollar demencia, particularmente una demencia que comienza antes de los 65 años, según una nueva investigación en la revista 'Circulation' de la Asociación Americana del Corazón. Pero con tratamientos mejorados para el recién nacido y la niñez, más personas que nacen con defectos cardiacos sobreviven hasta la edad adulta.
Este nuevo hallazgo estima que aproximadamente 1,4 millones de adultos viven con defectos cardiacos congénitos en Estados Unidos. “Estudios previos mostraron que las personas que nacen con defectos cardiacos tienen mayor riesgo de problemas del desarrollo neurológico en la infancia, como epilepsia y autismo, pero éste es el primer estudio en el que examinamos el potencial de la demencia en la vida adulta”, asegura la autora principal del estudio, Carina N. Bagge, estudiante de Medicina en el Departamento de Epidemiología Clínica del Hospital Universitario de Aarhus.
Usando bases de datos médicas nacionales y registros que cubren todos los hospitales daneses, los investigadores examinaron la aparición de demencia en 10.632 adultos en su mayoría caucásicos (46 por ciento hombres) nacidos con defectos cardiacos entre 1890 y 1982 (la mayoría entre 1960 y 1982), haciendo coincidir cada uno con diez miembros de la población general del mismo género nacidos el mismo año.
Los científicos encontraron que el riesgo de demencia por cualquier causa, incluida la demencia vascular, la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos, en personas que nacieron con defectos cardiacos en Dinamarca fue un 60 por ciento más alto en general que la población general; un 160 por ciento (2,6 veces) más elevado para la demencia de inicio temprano (diagnosticada antes de los 65 años); un 30 por ciento más alto para la demencia diagnosticada después de los 65 años.
El estudio fue observacional, lo que significa que los autores estaban examinando a personas con defectos cardiacos a lo largo del tiempo para ver si había una asociación entre el hecho de haber nacido con un defecto cardiaco y el desarrollo de demencia más adelante en la vida. Aunque hallaron una relación, el estudio no significa que cada persona que nació con un defecto cardiaco desarrollará demencia. El trabajo observó un riesgo más alto, pero no probó causa y efecto.
Defectos cardiacos, los más comunes en el nacimiento
Los defectos cardiacos son el grupo más común de defectos de nacimiento, que ocurren de cuatro a diez de cada 1.000 nacimientos vivos en Estados Unidos y de ocho a diez de cada 1.000 nacimientos vivos en Dinamarca. “Nuestro estudio involucró a una población de mayor edad que nació cuando los tratamientos para defectos cardiacos fueron más limitados. El tratamiento moderno ha mejorado mucho y, como resultado, no podemos generalizar directamente estos resultados a los niños nacidos hoy. Necesitamos más trabajo para comprender los riesgos en la era moderna”, asegura Bagge.
En este estudio, el riesgo de demencia fue mayor en personas nacidas con defectos cardiacos que desarrollaron otros factores de riesgo de enfermedad cardiaca más adelante en la vida, como fibrilación auricular, insuficiencia cardiaca y diabetes. Estos factores de riesgo son más comunes en personas nacidas con defectos cardiacos que en la población general, y también se ha demostrado que aumentan el riesgo de demencia de forma independiente.
“Aunque debemos tener cuidado de tener en cuenta estos hallazgos dentro de las limitaciones del diseño del estudio, el análisis continuo de esta asociación puede dar lugar a estrategias importantes de detección clínica y gestión médica en el futuro, e incluso puede haber oportunidades descubiertas para ayudar en la prevención de la demencia en esta población”, afirma el autor principal del estudio, Nicolas L. Madsen, profesor asistente de Pediatría en el Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati, Estados Unidos.
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