Arturo Álvarez-Buylla.
Un equipo internacional de científicos ha descubierto que el
desarrollo de neuronas en el
hipocampo del cerebro humano se ralentiza con los años hasta
detenerse por completo en la edad adulta, según un estudio publicado en
Nature.
Hasta ahora, estudios previos habían sugerido que el cerebro humano era capaz de generar neuronas incluso durante la edad adulta. La discusión se centraba en determinar el número de neuronas generadas pero sin pensar que podían dejar de crearse. Sin embargo, este estudio, realizado por centros de investigación de China, Estados Unidos y
España, sugiere que
el nacimiento de nuevas neuronas (neurogénesis) es un
proceso que se detiene "
por completo" en la edad adulta.
El trabajo, cuyo autor principal es el investigador español
Arturo Álvarez-Buylla, de la Universidad de California, ayudará a c
omprender mejor los procesos de aprendizaje, los
trastornos emocionales y las
enfermedades neurodegenerativas (demencia, alzhéimer o párkinson, entre otras).
Se estima que el cerebro humano tiene unos 100.000 millones de neuronas, de unos 10.000 tipos distintos. Su misión es unirse a su compañera correspondiente, en el lugar adecuado y sin equivocarse. Asi puede formar la compleja e intrincada red neuronal que el cerebro usa para gestionar la información, adquirir conocimiento y manejar las emociones. La creación de nuevas neuronas en el hipocampo durante la vida es un proceso que se ha relacionado con la
memoria, el
estado de ánimo, el
estrés, el
ejercicio y las
enfermedades neurológicas.
Muestras de tejido cerebral humano
En el estudio, los autores analizaron células precursoras neuronales y neuronas inmaduras de
59 muestras de tejido cerebral humano postmortem y
postoperatorias de individuos de diversas edades, desde la etapa fetal hasta la edad adulta (77 años). Los autores hallaron que las nuevas neuronas se producen en las etapas más tempranas de la vida, y que las tasas de formación disminuyen rápidamente a medida que los sujetos envejecen. Según precisa Nature, la muestra más antigua que aún contenía neuronas en desarrollo pertenecía a un sujeto de 13 años.
Los autores proponen que los estudios previos pueden haber reportado erróneamente la detección de neuronas inmaduras, porque las proteínas usadas para marcar estas neuronas
en animales no funcionan de la misma manera en humanos.
En un artículo complementario,
Jason Snyder, investigador de Centro de Salud Mental Djavad Mowafaghian de la Universidad British Columbia (Canadá), sostiene que estos resultados "
no son incompatibles" con estudios similares en animales y que en otros estudios la neurogénesis en roedores también disminuyó. "Si el enfoque de los estudios con roedores se centrara en identificar los mecanismos por los que la neurogénesis disminuye con el tiempo, y en cómo la neurogénesis puede ser mejorada para compensar la patología causada por la edad y la enfermedad, podríamos ser
capaces de traducir estos sobrios hallazgos en
descubrimientos que mejoren la salud humana", concluye Snyder.
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