El estudio canadiense indica "una resiliencia asombrosa" de quienes sobreviven a un accidente cerebrovascular

Dos tercios de quienes han sufrido un ictus tienen una salud mental plena
Esme Fuller-Thomson, líder del estudio (Universidad de Toronto).


9 ene. 2019 18:50H
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Dos tercios de los supervivientes a un accidente cerebrovascular tienen una salud mental plena a pesar del impacto del episodio. Así lo concluye un estudio nacional canadiense dirigido por investigadores de la Universidad de Toronto.

"Nuestra definición de salud mental completa establece un nivel muy alto y requiere que los encuestados estén contentos y/o satisfechos con su vida casi a diario y que estén libres de pensamientos suicidas, dependencia de sustancias, depresión y trastorno de ansiedad", ha explicado la profesora Esme Fuller-Thomson, líder del estudio, que se ha publicado en 'Journal of Aging and Health'.

La investigadora ha calificado de "alentador" que la gran mayoría de los supervivientes de un accidente cerebrovascular tengan una salud mental óptima, lo que indica "una resiliencia asombrosa".

En concreto, el estudio, que se ha realizado con una muestra de 11.157 canadienses de 50 años o mayores, de los que 300 habían sufrido un accidente cerebrovascular, muestra que estar seguro de uno mismo y no sufrir dolor crónico fueron predictores de salud mental importantes.

Más posibilidades de tener una salud mental plena que aquellos aislados socialmente


En contraste, un historial de maltrato infantil o de enfermedad mental de por vida disminuyó la probabilidad de lograr una salud mental completa después de un derrame cerebral.


"Estos hallazgos remarcan la importancia de vigilar, asesorar y tratar a los supervivientes para el dolor crónico"


"Uno de nuestros hallazgos más interesantes fue el hecho de que los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares con seguridad tenían cuatro veces más probabilidades de tener una salud mental completa en comparación con aquellos que estaban socialmente aislados", ha indicado la coatura del estudio, Lisa A. Jenson.

"Esto sugiere intervenciones dirigidas para pacientes solitarios y aislados socialmente particularmente útil para optimizar el bienestar después de un derrame cerebral", ha agregado la experta.

Sin embargo, de forma "no sorprendente", el equipo investigador encontró que las personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular con dolor crónico y discapacitante tenían menores probabilidades de tener una salud mental completa.

Vigilar y tratar a los supervivientes 


"Otras investigaciones indican que el dolor que sobreviene a un accidente cerebrovascular está, a menudo, infradiagnosticado e infratratado. Estos hallazgos remarcan la importancia de vigilar, asesorar y tratar a los supervivientes para el dolor crónico", ha explicado Jenson.

Por su parte, "parece que las adversidades de la infancia proyectan una larga sombra a lo largo de muchas, muchas décadas. En esta muestra de canadienses de 50 años o más, los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares que tenían antecedentes de abuso físico infantil, abuso sexual o violencia doméstica paterna crónica tenían la mitad de probabilidad de tener una salud mental completa en comparación con aquellos sin estos traumas infantiles", ha puntualizado Fuller-Thomson.

La misma experta ha indicado que muchos estudios, incluidos algunos previos suyos, estaban enfocados a los pensamientos suicidas y la depresión que sucede tras un accidente cerebrovascular. Sin embargo, según la investigadora, este hallazgo constituye "un cambio de paradigma" para estudiar a las personas que han sufrido un accidente de este tipo.
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