El estudio afirma que personas con ELA pueden llegar a comunicarse, expresando sus deseos y experiencias

Dos microelectrodos permiten a un paciente con ELA volver a "hablar"
La ELA es un trastorno neurodegenerativo que conduce a la pérdida progresiva de la función muscular voluntaria del cuerpo/ Wyss Center


22 mar. 2022 18:00H
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Los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) pueden llegar a perder todas las vías de comunicación basadas en el músculo a medida que avanza la degeneración de la neurona motora. Con el paso del tiempo, podría llegar a quedarse sin ningún medio de comunicación. Ahora, un estudio dirigido por un equipo de investigadores del Centro Wyss de Bioingeniería y Neuroingeniería, en colaboración con la Universidad de Tübingen en Alemania, ha  implantado dos matrices de microelectrodos 64 en la corteza motora suplementaria y primaria de un paciente en un estado completamente bloqueado con ELA.

Tras un largo tiempo de experimentación, los investigadores han demostrado que un paciente paralizado, de acuerdo con los criterios fisiológicos y clínicos actualmente disponibles en el estado completamente encerrado (CLIS), podría llegar a seleccionar de forma voluntaria letras para formar palabras y frases para expresar sus deseos y experiencias utilizando un sistema de neurofeedback auditivo basado neuralmente independiente de su visión.

Un día después de la implantación, se iniciaron los intentos de establecer comunicación. Se le pidió al paciente que usara su estrategia de comunicación previamente efectiva empleando movimientos oculares para responder a preguntas con respuestas conocidas de "sí" y "no", lo que no resultó en una señal neuronal clasificable, sin diferencia en la tasa de pico y la actividad de múltiples unidades (MUA).

La instrucción del paciente, paso a paso


El estudio afirma que los movimientos pasivos de los dedos derechos, el pulgar y la muñeca del paciente evocaron modulaciones consistentes de la velocidad de disparo neuronal en varios electrodos en ambas matrices. Pese a ello, cuando se decidió instruir al paciente para que intentara o imaginara movimientos de manos, lengua o pies, no se detectó respuestas consistentes.

Cada día de sesión se iniciaba un registro de referencia de 10 minutos, donde se instruyó al paciente a descansar. Durante este período de tiempo, el experimentador realizaba un programa de software para determinar la velocidad de disparo de diferentes canales individuales y seleccionar sus parámetros para el primer bloque de sesión de neurofeedback.

El próximo paso: Extender el estudio a otras personas con ELA


“Este estudio responde a una pregunta formulada hace tiempo sobre si las personas con síndrome de enclaustramiento completo, que han perdido todo el control muscular voluntario, incluido el movimiento de los ojos o la boca, también pierden la capacidad de su cerebro para generar comandos para la comunicación”, afirma Jonas Zimmermann, neurocientífico en el Centro Wyss en Ginebra.

Los investigadores han afirmado que "hasta donde sabemos, el nuestro es el primer estudio en lograr la comunicación de alguien que no tiene movimiento voluntario remanente y, por lo tanto, para quien la interfaz es ahora el único medio de comunicación”.

Así pues, el estudio ha demostrado que un paciente sin ningún medio estable y confiable de control del movimiento ocular o una ruta de comunicación identificable, con el uso de una estrategia de neurofeedback para modular las tasas de disparo de las neuronas, permite expresar sus deseos y experiencias. A partir de aquí los investigadores quieren ir un paso más allá, por lo que extenderán este estudio a otras personas con ELA avanzada para abordar los problemas encontrados de manera sistemática.
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