Destacan por su pequeño tamaño y por su capacidad para llegar hasta las toxinas asociadas a la enfermedad

Diseñan por ordenador unos anticuerpos capaces de atacar al alzhéimer


4 jul. 2017 13:30H
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POR REDACCIÓN
Los avances tecnológicos en medicina están permitiendo que la erradicación de ciertas enfermedades esté más cercano. La lucha contra el alzhéimer tiene ahora un nuevo aliado, unos anticuerpos diseñados por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y que se dirigen a los depósitos de proteínas mal plegadas, todo un sello de la enfermedad. Las primeras pruebas de los anticuerpos en tubos de ensayo y en gusanos de nematodos mostraron una eliminación casi completa de estos patógenos.

Estos elementos fueron creados para escanear sistemáticamente la secuencia de beta-amiloide, el principal componente de los depósitos tóxicos asociados con el alzhéimer. Al dirigirse a regiones específicas, o epítopos, de la secuencia beta-amiloide, los diferentes anticuerpos fueron capaces de bloquear la capacidad de beta-amiloide de adherirse o agregarse, como se detalla en un artículo publicado en la revista Science Advances.

Uno de los signos distintivos del alzhéimer es la acumulación de depósitos de proteínas, conocidos como placas, enredos u ovillos, en el cerebro de los individuos afectados. Estos depósitos, que se acumulan cuando las proteínas de origen natural en el cuerpo se pliegan de forma y en grupos erróneos, a partir principalmente de dos proteínas: beta-amiloide y tau.

Los anticuerpos son proteínas que ayudan a defender el cuerpo contra patógenos dañinos al reconocer sus objetivos específicos, conocidos como antígenos. El poder de los anticuerpos puede aprovecharse para hacer tratamientos eficaces, como las vacunas, pero hasta la fecha no se ha desarrollado ningún anticuerpo para tratar el alzhéimer o cualquier otra enfermedad neurodegenerativa, aunque actualmente se encuentran en ensayos clínicos varios tratamientos basados en anticuerpos para la enfermedad.

"El desarrollo de terapias basadas en anticuerpos es costoso y requiere mucho tiempo, pero si podemos encontrar maneras mejores y más baratas de producir anticuerpos, aumentaríamos las posibilidades de hallar tratamientos para los pacientes; hacerlo mediante el diseño puede crear oportunidades para lograr este objetivo", subraya el autor principal del documento, el profesor Michele Vendruscolo, del Centro de Malformación de Enfermedades en Cambridge.

Controlar propiedades críticas del antígeno

"En los últimos años, gracias a los ordenadores cada vez más potentes y las grandes bases de datos estructurales, ha sido posible diseñar anticuerpos en un ordenador, lo que reduce sustancialmente el tiempo y el coste requerido", Pietro Sormanni, investigador postdoctoral en el Centro de Enfermedades Malignas y otro de los autores del estudio. "También nos permite dirigirnos a regiones específicas dentro del antígeno, así como controlar otras propiedades críticas para aplicaciones clínicas, como la estabilidad de los anticuerpos y la solubilidad", añade.

Una de las ventajas de los anticuerpos utilizados en este estudio es su pequeño tamaño, mucho más que los estándar, por lo que podrían suministrarse más eficazmente al cerebro a través de la barrera hematoencefálica. En ellos, el "desencadenante" de una respuesta inmune es eliminado, bloqueando así las reacciones inflamatorias que hasta ahora han impedido la adopción generalizada de terapias basadas en anticuerpos para el alzhéimer. 

Además, pueden ser producidos sistemáticamente para unirse a las diferentes regiones de la proteína diana. De esta manera, los investigadores pueden explorar extensivamente y económicamente una variedad de mecanismos de acción, y seleccionar el más eficaz para bloquear la producción de toxinas.

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