26 jul. 2017 11:20H
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La tecnología de los dispositivos de CPAP ha mejorado notablemente: “Ahora llevan sensores que permiten saber cómo está durmiendo el paciente, si lo lleva el tiempo suficiente y si se lo coloca bien”, detalla Joaquín Costán, neumólogo en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. Todos estos datos son muy importantes para el seguimiento clínico de los pacientes que, además, gozan de mayor control de su terapia.
“Aunque las consultas sean cada seis meses o un año, el aparato registra datos que el neumólogo puede observar y que le ayudan a hacer modificaciones en la terapia contra los trastornos del sueño. Podemos detectar que el paciente tiene problemas sin que acuda a la consulta, algo que antes era impensable porque no teníamos conocimiento sobre el proceso”, comenta el especialista, quien añade que “toda la información que dan los equipos también da más seguridad en el manejo”.
También los equipos de ventilación mecánica que utilizan los pacientes neuromusculares cuentan con un software que refleja de forma exhaustiva cómo se está haciendo la terapia en el domicilio. “Hay compañías de terapias respiratorias domiciliarias, como Esteve Teijin Healthcare, que apuestan por equipos cada vez más sofisticados que dan muchos datos sobre la curva de respiración del paciente”, indica Costán.
El reto está en la oxigenoterapia
No obstante, todavía no hay equipos de oxigenoterapia que aporten este tipo de información, algo que, según el neumólogo, “sería especialmente útil en el caso de pacientes mayores o frágiles que no se pueden desplazar al hospital”. Sin embargo, los servicios de Neumología y las empresas proveedoras de terapias respiratorias domiciliarias establecen protocolos para el control de los pacientes con oxigenoterapia en domicilio: “Las compañías nos dan acceso a sus plataformas de datos sobre cuánto tiempo llevan el oxígeno, cuál es la saturación y si están bien controlados”, señala Costán. En su opinión, “el mayor avance en oxigenoterapia han sido los concentradores portátiles de oxígeno, que cada vez son menos pesados, dan mayor cantidad de oxígenos y se adaptan más a la vida diaria que el oxígeno líquido que existía antes”.
La tecnología aporta unas mejoras que no sustituyen a la formación que deben recibir los pacientes que utilizan este tipo de técnicas: “Cuanta más información de buena calidad reciban, mejor”, indica Costán. El neumólogo defiende que las empresas proveedoras juegan un papel muy importante en este sentido porque “tienen contacto directo con el paciente en su domicilio y pueden detectar cualquier tipo de problema”. Además, recuerda que los servicios de Neumología implicados en las terapias respiratorias deben contar con personal de Enfermería cualificado para hacer esta tarea.
La colaboración del médico de Familia
Dado que cada vez hay más pacientes que conviven con una patología crónica relacionada con los trastornos del sueño, el especialista del Lozano Blesa considera que “el médico de Atención Primaria debería estar más formado sobre CPAP para poder hacer un seguimiento adecuado al paciente, sobre todo si está estable, y reducir la atención especializada a las situaciones de inestabilidad”.
Por último, detalla que en Aragón, el médico de cabecera solo puede prescribir oxígeno en una situación aguda, pero que cuando tiene que ser a largo plazo, el paciente necesita ser valorado por un neumólogo que realice una gasometría para comprobar que el intercambio de gases es adecuado.
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