Luis Puente, Rosa Marín, Alicia Oliva y Javier de Miguel participan en la Jornada Interhospitalaria de Neumología.
Los especialistas del
Hospital Gregorio Marañón han colocado la telemonitorización como una de las nuevas tecnologías clave que les permite hacer un seguimiento a distancia sobre el estado clínico de los pacientes con
enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC). Sin embargo la aplicación de esta herramienta también requiere a
un proceso de educación para evitar que termine siendo contraproducente para la atención.
“Es un arma de doble filo”, ha relatado la médica especialista del Servicio de Neumología,
Alicia Oliva.
Mesa sobre la "Personalización de la asistencia al paciente con EPOC" en la Jornada Interhospitalaria protagonizada por el Hospital Gregorio Marañón.
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Esta nueva fórmula para observar a los enfermos se ha convertido en una de las claves de la octava
Jornada Interhospitalaria de Neumología, que ha tenido al hospital madrileño como protagonista. El encuentro, organizado por
Redacción Médica y auspiciado por la
Fundación Neumomadrid, también ha contado con la colaboración de
GSK y
Oximesa Nippon Gases.
El Gregorio Marañón ha probado ya esta tecnología con un
grupo de 35 pacientes, a los que se les hace un seguimiento telemático a domicilio gracias a dispositivos como una
tablet, un pulsioxímetro, una báscula o un medidor de frecuencia cardíaca. No obstante, esta tecnología no evita que los enfermos deban acudir a Urgencias cuando presentan una complicación. “Los pacientes tienden a pensar que
les estamos vigilando constantemente cualquier síntoma”, ha apuntado Oliva.
Para poder facilitar este proceso de educación en el uso de la herramienta, el hospital madrileño ha apostado por hacer una selección de los participantes
diagnosticados con EPOC que incluye criterios como el
nivel académico, los
déficits cognitivos o el
entorno social y familiar. “Nos encontramos con pacientes que no saben leer de una forma adecuada o que
no saben manejar las tecnologías”, ha explicado la especialista.
El sistema se ha establecido mediante un
semáforo de colores que permite al personal sanitario que realiza el cribado tomar una decisión sobre el paciente. La alerta roja se aplica cuando se detecta una
“situación crítica” que requiere acudir a
Urgencias por síntomas como la fiebre alta, el aumento de disnea o la expectoración con sangre. El nivel amarillo se califica como
“sospecha de agudización” y se produce cuando se detectan complicaciones en la oxigenación o la frecuencia cardíaca que también requieren una valoración de emergencia. Mientras que el escenario verde o de
“observación” es aquel en el que el triaje no comprueba relevancia y se remite el seguimiento del
enfermero coordinador.
“No son programas de atención en urgencia sino de seguimiento. Hay que enseñar al pacientes cuáles son los síntomas por los que ir a urgencias sin demoras”, ha explicado Oliva.
Alicia Oliva y Rosa Marín durante la Jornada Interhospitalaria de Neumología.
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La Enfermería, un papel clave en la telemonitorización
El sistema de telemonitorización que ha comenzado a aplicar el Marañón se ha fundamentado en torno a
un equipo multidisciplinar que combina diferentes perfiles sanitarios. Mientras que los
médicos especialistas en Neumología se encargan de funciones como la revisión de alertas, las visitas a domicilio de los casos agudos o la atención de refuerzo,
los enfermeros realizan los triajes, las visitas de confirmación o las labores de promoción de la salud y autocuidado con los pacientes de EPOC.
Rosa Marín, enfermera de práctica avanzada del Servicio de Neumología del Hospital Gregorio Marañón, ha explicado que la labor educativa es transversal a todas las fases del tratamiento. Comienza con el diagnóstico, pero se mantiene con el seguimiento y con las visitas a consulta. “
La Enfermería cobra un papel fundamental. Somos profesionales con competencias clínicas, educadoras reconocidas”, ha apuntado.
Entre sus funciones, se encuentra la realización de
cuestionarios sobre el estado de salud de los pacientes en diferentes estados clínicos, así como
la valoración de algunos indicadores como la conciencia, exploración, peso auscultación, signos de cianosis, uso de la musculatura, patrones del sueño o de la ingesta de alimentos. Mientras que todo que recogido finalmente en “observaciones particulares” para cada paciente.
“
Estoy poniendo en marcha la visita de Enfermería del paciente EPOC. Me los deriva la doctora Oliva que ha evaluado. No son candidatos a telemonitorización pero sí se pueden beneficiar de una consulta”, ha agregado Marín.
Más allá de la necesidad de mejorar el aspecto educativo y del sistema de alertas, en lo que han coincidido las dos profesionales es en los buenos resultados de la telemonitorización de
pacientes con EPOC. Según más de una decena de estudios publicados en las últimas dos décadas, esta herramienta
facilita la reducción de las estancias hospitalarias y minimiza los costes derivados de la prestación del servicio.
Javier de Miguel, Luis Puente, Rosa Marín y Alicia Oliva participan en una de las mesas de la Jornada Interhospitalaria protagonizada por el Hospital Gregorio Marañón.
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